En cada flor silvestre que el viento acaricia y vacía de semillas, hay un mandato que cumplir. La Madre Tierra, aceptando ese imperativo, abraza las semillas y se convierte en matriz para multiplicar la vida. Este proceso, tan importante como silencioso, acontece ante nuestros ojos sin que nos demos cuenta. Solo quienes miran con el alma, pueden contemplan el origen de la vida.
M. Lamas (del libro Verbo y Barro).