Se necesita un gran partido de la derecha política liberal sana, razonable, sin complejos, sensata y democrática. Una derecha orgullosa de serlo y decidida a defender sus ideas y proyectos. Respetando a sus adversarios democráticos, pero con firmeza en la exigencia de ese respeto de los demás.
Un día el PP surgió para serlo, después de la disolución de UCD de Suarez. Hace tiempo que se frustro esa esperanza que fuera la fuerza de defensa de la propiedad y la libertad, de la ley y el Estado de Derecho, de la unidad nacional y sus símbolos e instituciones, el respeto a la historia y la libertad religiosa, del derecho a la vida hasta el día de la muerte, libertad económica y freno total al abuso fiscal, fin del despilfarro, defensa de la libertad de educación de la lengua española y de los derechos del individuo.
Debe ser una fuerza que proclame sin excusas, que la nación, la legalidad, la libertad y la propiedad son los pilares de un proyecto para una España libre y prospera. Hoy en España se "proclama" uno de izquierdas, pero se "reconoce" de derechas. Es el ridículo complejo del franquismo, que tiene paralizados a todos los que tienen talento y preparación, el miedo a ser tachados de fachas o franquistas. Es necesario eliminar esa plaga nacional que es la cobardía. Y que surja una savia nueva abierta y moderna sin complejos.
Todo ello se degrado con el último Gobierno del PP, dedicado solamente a arreglar el desastre económico que se encontró y a su propia existencia en el poder. En cuanto la derecha en España se radicaliza, lleva a la izquierda al poder y a la patria al desastre. La demagogia de la izquierda no sirve para nada. Tras el penoso capítulo de la moción de censura de la alianza de perdedores, la derecha española tiene la oportunidad de acabar con sus pecados originales llenos de complejos. España lo necesita, el PP se juega no solo su futuro, sino su destino. El Partido Popular debe recuperar el poder demostrando a España que lo que le conviene es ser gobernada sin extremismos ni radicalismos. La unidad, la paz y la prosperidad no se asaltan se construyen. Pablo Casado es un valor por descubrir y acaso esa sea su mayor fortaleza. Para bien o para mal.
Alberto Rivera líder unipersonal del partido de Ciudadanos se le espera, a ver si todavía existe y donde está, en la derecha, en el centro-derecha o en la periferia de la política de ideas, por la mañana blanco y por la noche negro. Asique haber si a las cinco de la tarde pisa el ruedo con su reducida cuadrilla, para lidiar los desastres planteados en el Estado Español no solo es ponerse en los carteles, "como en Cataluña" hay que pisar la moqueta que le lleva al ruedo y enfrentarse a los destructores de España. Si, con los votos de los ciudadanos?
Máximo de la Peña Bermejo