Es lógico ofrecer las vías pecuarias como producto turístico. Se puede observar que los paquetes turísticos que ofertan un producto completo por encima de las fronteras regionales o nacionales están respondiendo positivamente, por ejemplo el Pirineo Navarro que no se reduce a un solo país, ya que atraviesa de un lado a otro las cadenas montañosas, ofreciéndose como un producto único.
Hemos de comprender que un "cliente" holandés, inglés o francés no distingue entre Soria, León o Burgos, y su interés se centra en el conjunto. Por esta razón la oferta se debe repartir entre varios municipios a lo largo del camino.
La variedad también se da en las actividades ha de entenderse que hay un público para todas ellas. El senderismo, lo recorrido a caballo, las bicicletas, los itinerarios en carro o diligencias. El interés se puede centrar en la temática cultural, sendas ecológicas, aulas de la naturaleza, acompañamiento a los rebaños y otras muchas actividades a lo largo de miles de kilómetros (125.000 kilómetros tienen las vías pecuarias en nuestro país) que atraviesa toda la Península Ibérica, ya que se debería incluir las rutas portuguesas de la trashumancia y salir de la Península por las de Francia
A la vez que se organiza la comercialización de ese producto basado en la trashumancia, se ha de controlar el crecimiento de la demanda, para evitar los problemas que están padeciendo zonas en las que el turismo esta deteriorando en entorno, sobre todo en zonas sensibles como pueden ser los parques naturales o espacios protegidos