Apenas iniciada la carrera sucesoria en el PP, no cabe duda de que Pablo Casado se ha constituido en la gran revelación de la contienda abierta en la formación popular. Su primer golpe de efecto fue acompañar su candidatura con más de 5.000 avales, superando ampliamente los presentados por la mismísima secretaria general del partido, Dolores deCospedal, que reunió 3.336, y los aportados por Soraya Sáez de Santamaría, cuyo número no se ha querido dar a conocer.
Tan elevado número de avales revela que, lejos de ser la de un aventurero que trata de pescar en río revuelto, o la de un "outsider" como el abulense Joserra, la candidatura de Casado -tras la que se adivina la alargada sombra de José María Aznar- ha venido gestándose con sigilo y eficacia desde el mismo instante en que Mariano Rajoy decidió tirar la toalla. De hecho, el político palentino dio el paso al frente antes de queAlberto Núñez Feijóo consumara su espantada y antes de que Soraya yCospedal saltaran a la palestra.
Ambos circunstancias, la inhibición de Feijóo y el visceral enfrentamiento entre las dos candidatas, han convertido rápidamente a Casado en una tercera vía con serias posibilidades de erigirse en el ganador final de la carrera. En todas las encuestas se da como seguro que será uno de los dos candidatos más votados el 5 de julio, y, de ser así, el previsible apoyo de los compromisarios partidarios de la candidata derrotada puede ponerle en bandeja la presidencia del PP.
En Castilla y León a Casado se le han puesto las cosas especialmente propicias. Aparte de ser palentino de nacimiento y diputado por Ávila, en ausencia de Feijóo, que era el predilecto de Juan Vicente Herrera, ha pasado a ser la opción preferida del presidente de la Junta y de sus afines. A ello ha contribuido tanto la buena sintonía que han mantenido siempre Herrera y Casado como el apoyo de Fernando Martínez Mailloa la candidatura de la ex vicepresidenta del Gobierno. Por muy bien que les caiga Soraya, los leales al presidente de la Junta no están dispuestos bajo ninguna circunstancia a hacerle el juego a Maillo.
Este lunes finaliza el plazo de inscripción concedido a los afiliados para poder votar a candidatos y compromisarios y ello permitirá conocer hasta qué punto se han afanado los diferentes aparatos provinciales tratando de fomentar la participación. Aunque lo verdaderamente revelador serán los resultados que el 5 de julio obtengan Casado, Soraya y Cospedal en cada provincia, que a buen seguro dejarán al descubierto las apuestas que dichos aparatos han decidido mantener ocultas.