La habitual permisividad al mal aparcamiento es una clara invitación al uso excesivo e inadecuado del vehículo privado. en este caso vinculado a un colegio, ¿preludio de la apuesta por el Camino Escolar?
Fiel a su cita de los últimos años, Ecologistas en Acción presentó su informe sobre la calidad del aire en España durante 2017, con datos de casi 800 estaciones oficiales de medición. La principal conclusión es que se ha producido un aumento general de los niveles de contaminación de diversas sustancias que explica el empeoramiento de la situación y el aumento de población y territorio afectados.
Según la normativa española y europea la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales fue de 17,5 millones de personas, un 38% del total y medio millón más respecto a 2016. La superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación alcanzó 296.000 km2, un 59%, y 40.000 km2 más que en 2016. Pero tomando como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), objetivo a largo plazo de la Unión Europea, el aire contaminado afectó a 45 millones de personas, el 97% de la población, y a 442.000 km2, el 88 % del territorio. Nadie se escapa a este grave problema.
Las elevadas temperaturas y la prolongada sequía han incrementado los episodios de contaminación. El cambio climático retroalimenta la contaminación atmosférica, pero no es su causa sino su consecuencia. La principal fuente de contaminación en áreas urbanas, donde vie la inmensa mayoría de la población, es el tráfico rodado. El ozono es el contaminante con mayor extensión y afección a la población, con niveles estacionarios o incluso al alza por las olas de calor.
Las estaciones del El Maillo y la capitalina de La Aldehuela, recogen los peores registros del año en Castilla y León relacionados con el ozono. Salamanca también supera los niveles de la OMS en Partículas PM10. Recordemos que al cambiar de emplazamiento estaciones de tráfico a zonas suburbanas, con mucho menor tráfico, se distorsionan los datos, y se impide realizar una correcta evaluación de la contaminación atmosférica y su incidencia sobre la población salmantina.
El cambio de ciclo económico ha supuesto el aumento de la quema de combustibles fósiles en el transporte, la industria y la producción de electricidad, con el consumo energético en los niveles del inicio de la crisis y las energías renovables en su peor situación de la última década. El aumento de la contaminación del aire en 2017 es consecuencia en primera instancia de la nueva coyuntura económica, alertando de un cambio general de tendencia tras años de reducción de los contaminantes clásicos.
La contaminación del aire tiene que abordarse como un problema de primer orden. Afecciones derivadas de ello provocan 30.000 muertes prematuras al año en España, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Los costes sanitarios derivados representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales. Y la información a la ciudadanía sigue siendo inadecuada y no se ajusta a la gravedad del problema.
Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire y los Planes de Acción a corto plazo para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente; pero en muchos casos, como Salamanca, no existen. Incluso documentos como el Plan Aire II del Gobierno Central sólo son buenas intenciones sin rango legal, ni mecanismos eficaces, ni financiación, además de no abordar el problema del exceso de ozono.
Las principales actuaciones para reducir la contaminación del aire son disminuir el tráfico motorizado, reducir la necesidad de movilidad y potenciar el transporte público, además de dar facilidades a la bicicleta en la ciudad. También adaptar las mejores técnicas industriales disponibles, así como reducir la generación eléctrica en centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón, recuperando los apoyos a las energías renovables y penalizando el diésel y la incineración de residuos.
Informe completo "La calidad del aire en el Estado español durante 2017":