OPINIóN
Actualizado 21/06/2018

La muestra final de un trabajo hecho con mimo e ilusión.

Llega el final del curso y los centros educativos se llenan de alegría y color gracias a las galas elaboradas con el corazón por parte de los alumnos y los docentes.

Después de mucho trabajo, Monk School ha presentado en el Teatro Liceo de Salamanca su muestra infantil anual. En esta ocasión ha llevado por nombre: Sueños del Surrealismo.

Todos los asistentes a la función pudieron disfrutar de un homenaje hecho desde el cariño de los más pequeños a los imaginarios de artistas como Joseph Cornell; en los Juegos de la Infancia, Frida Kahlo y su conexión con la naturaleza, la visión del cosmos y la ciencia de Remedios Varo, los Cielos de Magritte, las Constelaciones de Miró, los paisajes oníricos de Dalí y los personajes mágicos de Paul Klee.

Más de hora y media de representación en la que los alumnos de Teatro Musical, Teatro Arte, Danza Clásica, Contemporánea y Moderna y los pequeños de Iniciación Musical Creativa mostraron su talento y los conocimientos adquiridos durante el curso escolar.

Monk School afirma que "aunque los resultados son una consecuencia, lo importante es el proceso". Un proceso que, vivido de cerca, ha culminado con unas últimas jornadas de ensayos, convivencia y respeto entre las diferentes disciplinas que imparte la escuela.

Además de todo esto, los decorados y la escenografía modular han sido una creación conjunta entre la dirección del centro y alumnos de la facultad de Bellas Artes, los cuales han hecho un trabajo fabuloso para recrear ese mundo en el que se juntan los sueños y las realidades de algunas de las mujeres y hombres más relevantes del arte como Frida, Remedios Varo, Maruja Mallo, Magritte, Dalí, Miró y Joseph Cornell, como hilo conductor de una gala en la que se visibilizó el maravilloso trabajo de los alumnos y un equipo entregado.

Las posteriores muestras de teatro adultos, adolescentes, teatro musical, danza clásica, moderna, contemporánea y teatro físico mostró un trabajo interdisciplinar que homenajeaba al teatro del absurdo, al teatro onírico, esperpéntico y crítico donde se invitó al público a "pensar fuera de la caja".

Un teatro que se llena de aplausos es el mejor medidor del amor por las artes y de un trabajo hecho con el cariño, que siempre se espera, de unos profesores con pasión por sus disciplinas.

Imágenes cedidas por Monk School

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