El número de separaciones y divorcios ha aumentado en los últimos años, con vaivenes propios de la crisis económica.
¿Es mala noticia? :
- Para los que no reconocen el derecho a la desvinculación: Culturalmente es una mala noticia si se comparten los mitos conservadores y religiosos en los que se entiende que los hombres y mujeres somos seres complementarios, medias naranjas unidas para siempre, un sacramento o compromiso para toda la vida, unidos por Dios. Un fracaso personal y social, incluso un grave pecado que inhabilita para ser católico de pleno derecho.
- Para los que creen que la pareja debe ser eterna, porque el compromiso puede y debe ser eterno. D
- También desde el punto de vista de de los sueños de los enamorados que no se conceden el derecho a la desvinculación. La separación y divorcio es un fracaso de un proyecto que no saben que, pudiendo ser maravilloso y durar toda la vida, es vulnerable y puede ser temporal.
- Para la persona, que no comprende la decisión del que decide separase y llega a sentirse abandonada, es una experiencia muy dolorosa.
- Para las crías, depende de la edad y otros muchos factores (cómo resuelvan los posibles conflictos sus padres y planifiquen la vida de los hijos, cómo era la vida anterior en la familia, etc.), pero pueden no entender estas decisiones y sufrir mucho con la separación.
¿Es una buena noticia?:
- Para quienes se ven libres (pareja o hijos) de una relación toxica o muy conflictiva.
- Puede serlo para quien empieza otra vida de ilusiones con una pareja nueva.
- También para los hijos, cuando había maltrato o conflictos de pareja muy mal llevados.
¿Conoce usted casos de un tipo y de otro?
Creo que es necesario que todos sepamos valorar la importancia de la vinculación (somos seres para el contacto y la vinculación) y los compromisos que conlleva, pero también que tenemos derecho a la desvinculación sexual y amorosa. Para estar juntos se necesitan dos voluntades, para la separación y el divorcio basta con una, es un derecho individual. La evolución y la duración del vínculo es muy variable, pero debe ser un compromiso en libertad: "tú y yo estamos libremente juntos, y los dos tenemos derecho a romper esta alianza". Ambos procesos deben hacer ética de la vinculación y la desvinculación y la ética de los cuidados de los hijos.
Evitar los mitos sobre lo que puede ser una relación maravillosa o un infierno y crear condiciones personales y sociales para la libertad (especialmente la de autonomía económica) que nos permite vivir mejor juntos o separarnos (Félix López, 2009: Separarse: como sufrir menos y no hacer daño a los hijos. Barcelona: Grao).