OPINIóN
Actualizado 03/06/2018
Enviado por arodri

El descubrir diferentes elementos, curiosidades... que forman parte de la escritura, las palabras y la lectura es un ocio divertido y la mar de entretenido. Hace unos días encontramos un artículo en Verne de El País titulado, "Si las obras maestras de la literatura fueran solo comas y puntas" y, a partir de ahí, la atención, la curiosidad y la creatividad comienzan a despertar de tal manera que quieres devorar todo lo que contiene semejante titular.

Cuando leemos nos fijamos mucho en las palabras. Sin embargo, qué pasa con los signos de puntuación. ¿Dónde están el punto, la coma, el punto y coma, las comillas, los paréntesis, los signos de interrogación y/o exclamación, los puntos suspensivos y el guion? ¿Cómo podemos ser así de crueles con algo tan fundamental para la escritura?

Buceando en el inmenso océano de Internet con la premisa de los signos de puntación nos encontramos con Between the Words, o lo que es lo mismo, una exploración del ritmo visual de la puntación en otras literarias conocidas. De historias clásicas como Alicia en la país de la maravillas o Moby Dick se eliminaron todas las letras, números, espacios y saltos de línea dejando dejando solo la puntuación en una línea continua de símbolos en el orden en que aparecen en los textos.

Todo este juego de buscar o pensar en obras donde las letras desaparezcan y permanezcan los signos de puntación lleva al lector no solo a seguir fascinado por semejante curiosidad y divertimento, sino también, a recordar libros con propuestas cuyo objetivo es decodificar y comprender el mensaje encontrado, porque si no podemos percibir esto, estamos ciegos ante la información. Un ejemplo de esto es la obra del ilustrador Nicolai Troshinsky, Un mensajea en clave, editado por A Buen Paso.

Un álbum cuyo formato parece un antiguo disquete de ordenador dentro de una funda de plástico que, cuando lo abrimos, supone un reto para el lector pues tiene que descifrar el mensaje en clave, pero también, descifrar las claves de la historia. Un libro con el que jugar, experimentar y disfrutar.

Ahora coge otro libro, por ejemplo, El libro negro de los colores, cierra los ojos y colócalo delante de ti. La información que contiene se ha vuelto inaccesible pues está en braille. Puedes tocarla pero no entenderla, pues no conoces el código. Un libro de Menena Cottin, ilustrado por Rosana Faría y editado por Libros del Zorro Rojo.

Un libro donde Tomás describe los colores utilizando sabores, olores, texturas con los cuales él percibe el mundo. Una historia escrita en braille, poética y completamente negra que obliga al lector a ponerse en el lugar del otro, leer con los cincos sentidos y descubrir un mundo de sensaciones.

Os invitamos a seguir descubriendo diferentes libros, curiosidades... donde no parar de jugar y descifrar mensajes ocultos.

:)

Soraya Herráez González.

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