Finalmente, la moción de censura planteada por el PSOE para sacar al PP del Gobierno logró salir adelante, tras la votación de este viernes en el Congreso, por lo que Pedro Sánchez ha pasado a sustituir a Mariano Rajoy en el palacio de la Moncloa.
No obstante, la incógnita sobre cuál sería el resultado de la moción de censura ha sido la principal característica de esta prerrogativa constitucional de la que ha querido hacer uso el PSOE, dado que hasta el jueves por la tarde (ya en pleno debate de la moción), no aclaró su posición el Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyos votos eran claves para decantar la balanza hacia uno u otro lado, y que finalmente decidió apoyar a Pedro Sánchez.
Resulta un tanto llamativo el apoyo del PNV, en tanto que hace una semana había sido el socio en el que se apoyó el PP para apoyar los Presupuestos Generales del Estado. No obstante, como los jeltzales no dan puntada sin hilo, solo han apoyado la moción de censura una vez que se les aseguró que se mantendrían los Presupuestos impulsados por el PP, en los cuales el PNV había logrado importantes prebendas para el País Vasco, a cambio del apoyo a los populares en los mismos.
Por medio, se ha quedado Ciudadanos (C's), que pidió a Rajoy unas elecciones generales antes de que se votase una moción de censura, aún a sabiendas de que es contrario a la Constitución convocarlas con una moción de censura encima de la mesa.
Y es que, la moción y consiguiente investidura de Pedro Sánchez como presidente, rompe totalmente los planes de Albert Rivera, que esperaba o bien unas elecciones ahora que el viento sopla a su favor en las encuestas, o bien la continuidad del gobierno de Rajoy, a quien pretendía seguir comiéndole electorado mientras lo mantenía en el poder con la permanente acusación de corrupción.
De este modo, la llegada del PSOE a la Moncloa traerá consigo un cambio total de escenario, en cuanto que se dejará a un lado el acoso y derribo al PP que ha conllevado hasta ahora la legislatura por parte de la oposición, y PP y C's deberán competir entre ellos por el electorado de derechas desde la oposición, con una pregunta en el aire: ¿Sabrá el PP reponerse de su salida del gobierno?
Asimismo, a Unidos Podemos se le plantea también un escenario diferente, debiendo pasar ahora del ataque frontal al Gobierno, a una posición mucho más amistosa con el ejecutivo que presida Sánchez. Esto planteará a los de Iglesias más dificultades a la hora de crecer en apoyo electoral (siempre que los socialistas no metan demasiado la pata), exponiéndose de hecho a que parte de su electorado pase a apoyar al PSOE. Y es que el partido de Pedro Sánchez pasa así a situarse a ojos de la población claramente como el principal partido de la izquierda, e intentarán presentarse como la garantía de que el PP no vuelva a Moncloa, lo que a priori perjudicaría electoralmente a Unidos Podemos.
Finalmente, queda la cuestión de qué ocurrirá con los nacionalistas, y especialmente con los catalanes, dado que el PNV parece que tiene medidos los tiempos del electorado vasco y no parece que su posición vaya a cambiar demasiado. Y es que una de las incógnitas que se plantean es cómo abordará Pedro Sánchez el problema catalán y si eso podrá provocar un cambio de escenario en la política catalana en lo que quede de legislatura. En principio se antojan difíciles las negociaciones del PSOE con el catalanismo, visto que la cuestión de los llamados presos políticos es primordial para ERC y PDECat, y en este campo Sánchez no parece que vaya a dar un paso atrás respecto a la posición actual del PSOE.
Incógnitas sobre el futuro que aumentan al plantearse cómo va a enfocar su gobierno el PSOE, dado que en el debate parlamentario Pedro Sánchez no ha desgranado demasiado su plan de gobierno, más allá de su intención de derogar varias leyes aprobadas por el PP, debiendo tenerse en cuenta asimismo que apenas posee 84 escaños, lo que no le da demasiado margen de maniobra para legislar.
En definitiva, la moción de censura ha traído consigo un cambio total de escenario y bastantes incógnitas sobre cómo se va a enfocar el futuro político en lo que queda de legislatura, empezando por la cuestión de si Pedro Sánchez agotará como presidente los dos años que quedan de la misma o si, por el contrario, convocará unas elecciones generales antes de ello.