Destina más de 751.000 euros a 2.010 familias salmantinas para gastos de vivienda, alimentación y alquiler
Cáritas de Salamanca atendió el pasado año a más de 11.000 personas, con un aumento de las intervenciones con aquellas que se encuentran en riesgo de exclusión social. Es uno de los datos que se recogen en la memoria de actividad de 2017, presentada en el centro de día Ranquines por monseñor Carlos López, obispo de Salamanca; Carmen Calzada, directora de Cáritas de Salamanca, y José María Rodríguez, secretario general.
El informe recoge que han sido 380 las personas que han pasado por el centro de primera acogida de las que 286 han sido atendidas en las instalaciones Padre Damián. También aumentaron los usuarios del espacio abierto, 44 frente a los 27 de 2016.
La organización católica destinó 751.500 euros a 2.010 familias para gastos de vivienda, alimentación o alquiler y atendió a más personas en el área de inclusión, destacando las 17 personas que participaron en el centro de día Ranquines para personas con problemas de salud mental; el aumento de las intervenciones en los servicios del programa de drogodependencias; el incremento de las personas atendidas diariamente en Espacio Abierto y las 25 personas atendidas con el proyecto de Ola de Frío.
En materia de drogadicción también se superaron las cifras de 2016. Proyecto Lazarillo intervino en 104 casos, acompañando a jóvenes y familias (86 en 2016); en el Servicio Ambulatorio se atendió a 369 personas (231 en 2016), de las que 254 iniciaron algún tratamiento de rehabilitación y se realizaron 103 atenciones familiares. Además, en el centro penitenciario de Topas se atendieron 84 personas drogodependientes y en el centro de día para drogodependientes a 77. En el programa de afectados por el virus del VIH-Sida se atendieron a 54 personas (43 el año anterior), de las que 21 residieron en la casa de acogida Samuel.
La presidenta de Cáritas ha alertado de la precariedad en la que siguen familias salmantinas porque "la recuperación económica no está llegando a todos, la desigualdad está enquistada y el mercado laboral no asegura unas condiciones de vida dignas".
Calzada hizo referencia al 28% de desempleados de larga duración registrados en Salamanca y a los más de 13.500 parados que no reciben prestación, "con 8.800 hogares con todos sus miembros en paro" y también incidió en el envejecimiento de la población, con un 26% que supera los 65 años en la provincia y del 10% en la ciudad. En la misma línea, el obispo indicó la situación "de luces y sombras de una sociedad" golpeada por la falta de trabajo y la pobreza pero con grandes dosis de solidaridad.