Luis Lago Alba, experto en ecumenismo.


SOCIEDAD
Actualizado 28/05/2018
Redacción

Luis Lago Alba, experto en ecumenismo, impartió el seminario 'Lutero: antropología, reforma y culpa'

El Instituto Psicoanalítico de Salamanca clausuró el curso 2017/2018 y lo hizo con un seminario especial sobre la base antropológica del psicoanálisis, que corrió a cargo del profesor fray Luis Lago Alba. Además, este ponente, experto en ecumenismo, fue nombrado socio de honor de esta organización cultural sin fines de lucro. El presidente, Vicente Manuel Ortiz, le hizo entrega de un diploma y el secretario, Francisco Javier Sedano aprovechó para agradecer su participación con el interesante seminario titulado: 'Lutero: antropología, reforma y culpa'.A través del mismo este fraile dominico de San Esteban, aprovechó para hablar de Lutero y la reforma protestante con motivo de la conmemoración, el pasado año, del quinto centenario de la reforma protestante de 1517.

Diversos alumnos participaron en esta actividad que tuvo lugar en una de las aulas del Centro Municipal Integrado Julián Sánchez El Charro. Los asistentes pusieron mucha atención a las palabras de este dominico berciano, natural de Cacabelos, afincado en Salamanca desde la década de los 70 e incansable profesor de la Facultad de San Esteban ahora jubilado, pero igualmente activo cuando precisan de sus lecciones en diversas aulas. Un ejemplo fue la incesante aportación que regaló el sábado al Instituto Psicoanalítico de Salamanca que resumimos en una entrevista concedida para los lectores de SALAMANCARTVALDIA.

Ha hablado usted de Lutero: 'antropología, reforma y culpa'. ¿Por qué culpa?

Porque en Lutero una idea importante es el pesimismo antropológico. El hombre tiene el corazón curvado hacia sí, es esclavo del pecado, o sea, de la culpa. Es una antropología negativa; Dios lo puede todo y es todo bien, el hombre no puede nada y es pecado, es culpable. Lutero define al hombre como reo y pecador ante Dios, que es un juez misericordioso. Como juez le declara culpable y como juez misericordioso le acoge, no por mérito, sino por pura misericordia. A esto Lutero lo llama el principio teológico según la Iglesia se mantiene en pie si es fiel a esta doctrina de la justificación gratuita, o la Iglesia cae si no es fiel.

¿Cuáles son los principios de Lutero?

Los principios de Lutero y de la reforma son: sola escritura, la verdad cristiana se encuentra en la escritura; sola gracia, Dios es el que acoge gratuitamente al hombre; y sola fe, el hombre acoge la gracia de dios por la fe que es la confianza total del hombre pecador en Dios misericordioso.

¿Qué podríamos extraer hoy de aquella reforma?

Se dice que la Iglesia siempre se tiene que estar reformando para ser fiel al Evangelio. El siglo XVI fue un momento de especial intensidad de la reforma y hoy, siglo XXI, estamos en tiempo de reforma. Precisamente me parece sugestivo entender la reforma que promueve hoy el Papa Francisco desde la reforma del siglo XVI, y entender también mejor la reforma del XVI desde la reforma de hoy.

¿Siempre hay reforma?

La reforma es algo permanente. Estudiando la reforma del siglo XVI de Lutero se entiende mejor las dificultades y oportunidades que el Papa encuentra hoy para reformar y también los beneficios. También desde esta reforma de hoy se entiende mejor lo que pudo ser la reforma del siglo XVI.

¿Qué es la reforma?

La reforma quiere decir que vive según la forma autentica, pero todo lo humano está condenado a conformarse, a deformarse, es decir que pierde su autentica forma y por eso tiene que reformase, recuperar la forma. La forma de la Iglesia es el espíritu del cristianismo primitivo, el espíritu de Jesús, de la primera comunidad. Los primeros cristianos vivían en común, no había pobres... Esa es un poco la utopía de la Iglesia

Usted que es experto en ecumenismo. ¿Cómo ven los católicos la reforma luterana?

En mi tesis hice un comentario de Lutero a la Carta a los Gálatas, pero mi especialidad es Ecumenismo. Ante este aniversario de la reforma protestante caben dos o tres posturas. Una es celebrarla que es lo que hacen los protestantes, sobre todos porque dicen que después del oscurantismo de la Edad Media vino la luz. Los católicos no lo admitimos así. La respuesta católica es no tenemos nada que celebrar, pero tenemos que rememorar aquellos tiempos, donde hubo culpa compartida y hubo valores en lo que anunciaba Lutero. No tenemos que rechazarlo. Hoy se trata de conmemoración ecuménica. Todos juntos podemos Llegar a reconocer la parte compartida de culpa que hubo por ambas partes, la parte de valores aportados por Lutero. Fue un hombre religioso del cual tenemos que aprender, puede ser nuestro maestro.

¿Qué valores aportó Lutero?

Son valores que estaban en el Evangelio, pero en los que él puso especial énfasis. Uno es el puesto de laicado permanente, sacerdocio común; la Biblia, que no era ignorada pero que en la Iglesia Católica no se cultivaba como se empezó a cultivar desde entonces. Una liturgia adaptada al pueblo, es decir, en lengua vernácula, no en latín: una Eucaristía como cena, no solo como sacrificio, sino como banquete sacrificial. Todos comulgan bajo las dos especies, pan y vino.

¿Nos puede ofrecer una breve definición de ecumenismo?

Ecúmene viene de la totalidad, del mundo, busca la catolicidad, la universalidad del anuncio evangélico y busca la unidad a través del Evangelio. Solo una Iglesia unida puede ofrecer de forma creíble el Evangelio a todo el Universo y solo una Iglesia con verdadero espíritu católico ecuménico, amplio, con todos los valores, es capaz de reconocer, acoger a todos los cristianos que no pertenecen a la misma Iglesia. Soy ecumenista porque se enriquece la teología y piedad cristiana si se reconoce lo que hay de bueno fuera de la Iglesia Católica.

¿Qué le aporta a usted participar como profesor en el Instituto Psicoanalítico de Salamanca?

Es bueno, de vez en cuando, dejar las aulas de la facultad, la vida y la mentalidad del convento y encontrarte con seglares, que aquí hay de diferentes nacionalidades y profesiones. Eso también es ecuménico; no cerrarte en el mundo clerical. Por eso hoy que los laicos se interesen por la teología, no solo es un beneficio para los laicos, lo es para la teología. La teología tiene que buscar una verdad mas universal, si es una verdad solo clerical se empobrece. Hoy la verdad del Evangelio y la verdad de la Iglesia van unidas. Para que el Evangelio alcance la catolicidad necesita la unión de la Iglesias, que no se contradigan, y para anunciar el Evangelio se necesita tener espíritu ecuménico, universalista.

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