Después de dedicar dos textos a las palabras indignación y los jueces culpables, me toca hoy volver sobre "la manada". Ya le dediqué un texto antes de la sentencia, cuando acababan de ocurrir los sucesos.
Yo voy a ser más prudente que el ministro y el grito popular de muchas personas. Este último lo comprendo, pero no voy a decir si son culpables o inocentes en sentido penal, ni a proponer la pena que merecen, si se les condena. Los jueces serán más justos, conforme al código penal, que yo.
Voy a hablar desde el punto de vista ético, más exigente, como se verá, y más necesario en todas las personas, inocentes o culpables, incluidas las que consideramos víctimas, término al que le dedicaré otro texto.
La conducta de los miembros de la manada es éticamente inaceptable, con consentimiento o sin él (aspecto central desde el punto de vista penal):
Por otra parte, el consentimiento no debe entenderse solo si no dijo no (el que calla otorga). Y el consentimiento no se da para lo que después se les ocurra hacer a una manada. La mujer no pierde su libertad después de haber consentido, si fuera el caso, y puede decidir "ya basta", "no acepto estas conductas", en cualquier momento del acto sexual. La mujer no vende su libertad, aun consintiendo. En cualquier momento y para cualquier actividad sexual puede manifestar su rechazo, decir No, y debe ser respetada.
(d) La ética del placer compartido y la ética de los cuidados. El patrón sexual es de "brutalidad", falta de empatía, desconsideración e indignidad.
El comportamiento de los chicos como una "manada" no parece propio en el campo de la sexualidad humana entrañando riesgos evidentes de dominio, uso de poder, banalización de la relación sexual, etc.
Incluso con consentimiento (y no quiero decir que en este caso lo hubiera), o con conductas previas atrevidas y aceptadas como un juego erótico (tampoco sé si las hubo) y con un montón de errores de la víctima (tampoco sé si los hubo) nunca debe justificarse la brutalidad. Los posibles errores, si los hubo, de la víctima no legitiman la conducta de la manada.
La conducta sexual no puede ser una exhibición de poder y agresividad, sino que debe tener en cuenta el placer y el bienestar del otro. Aún en relaciones ocasionales, estos principios éticos deben considerarse universales desde una ética basada en la libertad, la dignidad, la igualdad, el placer y bienestar compartido. Lo contrario hace un daño terrible a las víctimas, animaliza a los agresores (en una comparación que no se merecen los animales). Para ellos es una conducta autodestructiva, y además se pierden lo mejor, como les decimos a quienes vemos en terapia, un fracaso de terribles consecuencias.
Les dedico este consejo: "si bebes ten en cuenta que las relaciones sexuales son para gozar y amar, no para demostrar tu brutalidad. Hacer sufrir a otra persona y autodestruirte éticamente, socialmente y penalmente".