Contra al individualismo, el narcisismo y el egocentrismo posmodernos: la empatía, el compromiso.
Tras la caída de los grandes valores, de los proyectos utópicos, la búsqueda de nuevos caminos: las luchas colectivas que se imponen a lo intolerable.
Frente a la autoridad, frente a cualquier autoridad, frente al discurso mainstream cuando no representa nuestros derechos: la resistencia.
Ante la voluntad de imponer silencio: las calles llenas de voces de todas las edades, de todos los sexos, de todos los ámbitos, que se aúnan por una causa común, por un grito necesario.
Por las consecuencias de los actos, por la educación que repercute en una cultura en constante construcción: nuevos actos (pacíficos, plurales), otras consecuencias, otra educación.
Para sublevarnos al horror: sororidad.
Porque si tocan a una, nos tocan a todas: si violan a una, respondemos todas. Respondamos.