Dueña del deseo,
acaricio la piel de un nuevo ser
que siente el tacto de la luz,
El aire roza su figura,
posada entre mis dedos.
Su vuelo acuna libertad
en sus alas encendidas,
bajo el manto de unas manos.
Aleteos de amor
en el frescor de la mirada.
SOFÍA MONTERO GARCÍA