Están o estamos los españoles en ascuas esperando como el político de turno, hay para elegir, destruye su carrera política sin saberlo (creo). Por otra parte hay miles de jóvenes desesperados porque se les prometió que con estudios y formación el futuro lo tendrían asegurado, y creo que se les engañó.
"Es cierto que no finalicé mis estudios de "X", a pesar de lo que figura en mi currículum", admiten, cuando se les pilla con los calzones/tanga en los tobillos.
Unos dimiten de forma inmediata, otros ni se lo plantean y los más se la "repanfinfla" hay tantos casos, en cualquier partido político y sobre todo en los que llegadas estas situaciones más las hacen notar, que a mí no me sorprende en nada. Tengo la sensación que entre ellos tienen un juego de despiste con su formación, realmente porque nunca se le ha exigido nada. De hecho para cualquier plaza pública con contenido más exiguo se exigen estudios mínimos, y la mayoría de las veces infinitamente superiores a los que han blandido presidentes y ministros.
Vivimos en la sociedad de la titulitis (lo cual no equivale muchas veces ni a cultura ni a formación) del control y del despiece del adversario. Y como nos hemos olvidado de la historia, tampoco queremos ver que hay muy buenos políticos sin títulos y muchos números uno de promoción que no valen ni para culos de cesta; en esta tesitura el camino más fácil es inventar o enmascarar la formación.
Nos encontramos en una sociedad donde la política emergente utiliza el marketing puro y duro para vender, la mayoría de las veces, humo tóxico . Un claro ejemplo de ello lo tenemos en cada movimiento generado por los independentistas catalanes y la influencia de ello en, se presupone, sociedades perfectamente estructuradas y dirigidas. Esta sociedad donde el "bit data" permite reconocer con facilidad los "errores" curriculares genera un despiece del adversario que está siendo mortal de necesidad en la construcción social, generando desconfianza y por supuesto obviando los pecados que han dejado escondidos en su propio armario.
Este escrutinio público de cualquier político creo que ha desembocado en una sobreexposicion de todo lo inherente a su vida y ha pasado de transparencia a obscenidad.
¿Saben? Tengo la sensación que estos currículum de mercadillo o esos de sello oficial y sin contenido, al final es lo mismo, seguirán igual, pues el mismo votante que exige una preparación para Médicos, Maestros , Policías. Etc es el que después deposita su confianza en muchos incapacitados políticos, es más me atrevería a decir, en incapacitados sociales.
La política paga sueldos, salvo excepciones, a personas que tendrían muy difícil por preparación, imagen, solvencia, etc poder llegar la mitad en cualquier empresa. Si la transparencia fuera total, muchos de ellos quedarían en ropa interior cuando se comprobase sus condiciones laborales con respecto a sus nóminas o sobresueldos realizados en los mismos horarios por los que ya cobran.
"La política es prácticamente la única profesión en la cual no hay que presentar un CV ante quienes toman la decisión de contratación, los ciudadanos" No sé dónde lo oí o leí o quizás lo vi y sentí y sobre todo lo sufrí y ... continuamos en presente.