ALDEARRODRIGO | La parroquia de San Miguel Arcángel ha acogido esta representación en homenaje a la Santa con motivo del año Jubilar Teresiano, obra patrocinada por la Diputación
Cuando 'Lazarillo de Tormes' llega a la localidad salmantina de Aldearrodrigo, para representar su tan demandada obra 'Teresa, la jardinera de la luz', algo familiar se percibe en el ambiente y alguna sonrisa cómplice aflora para los que saben de la vida de Teresa de Jesús, y sobre todo para este elenco de actores que tanta luz sobre ella han proyectado. Porque la dimensión humana de la carmelita predomina en el montaje, aspectos cotidianos de su biografía, nos colocan de forma inmediata ante una mujer familiar, con sus alegrías, duelos, aprendizajes, luchas, anécdotas en definitiva, que tejieron el tapiz de su existencia. Y uno de sus hilos más conocidos de siempre fue el fuerte lazo que la unió a su hermano Rodrigo.
Es evidente que el nombre que lleva el pueblo que en esta primaveral tarde de mediados de abril disfrutó de 'Teresa, la jardinera de la luz', no hace referencia al hermano de su protagonista, pero sí hace un guiño de aproximación a lo que 'Lazarillo de Tormes' consigue transmitirnos en su exquisito a la vez que ilustrativo trabajo. Recordar la vida de alguien a través de los ojos y sobre todo las impresiones de los demás, van dando pinceladas, a veces exactas, para crear el mapa de su vida, el retrato en el que poder ver y recordar a ese alguien. Este retrato lo ha conseguido de manera auténticamente profesional este grupo de aficionados con una obra que habla por sí misma, no sólo de su contenido sino de cómo se nos presenta.
Son cuadros escénicos los de 'Teresa, la jardinera de la luz', que a modo de fotografías, nos pasean por las distintas etapas por las que pasó esta universal santa como lo hace cualquiera de los espectadores que asisten a la obra. Y verlo todo con la perspectiva que se tiene desde el final de la última de estas etapas, a modo de juicio propiciatorio para entender una personalidad, un carácter y comportamiento, ahondan más en aquello de lo que se está hablando. Por ello, a pesar del inicio rotundo de esta puesta en escena, donde las hermanas carmelitas de Teresa, cansadas de un largo viaje para verla, son detenidas por las increpantes palabras de un Inquisidor, los diálogos posteriores que nos hablan de la madre, nos empiezan a dar pistas de la profundidad de la situación de la que parte la obra.
Teresa jugaba en su infancia como cualquier otra niña con sus hermanos. Se escapó con Rodrigo para convertirse en mártires de Dios en tierra de moros, y fueron alcanzados en la orilla del río de su ciudad como cualquier niño travieso de Aldearrodrigo lo sería en La Rivera de Cañedo, corriente de agua que tanto marca la vida de este pueblo y que demarca sus cultivos de cereales frente a sus lomas de dehesas. Y Teresa va saltando las demarcaciones de su vida y creciendo y cultivándose con las semillas de su vocación, y llenándose de inteligencia y lucidez, y escribiendo sus pensamientos y sentimientos. Nada que no hiciera cualquier mujer con aspiraciones. Y cuando llega el amor, lo usa como motor para luchar contra todo lo que le es contrario: injusticia, desigualdad, abuso de poder...
San Miguel Arcángel, parroquia de Aldearrodrigo, lleva como titular al defensor de la fe, que espada en mano pisa la cabeza del demonio. Cuando acaba 'Teresa, la jardinera de la luz' se aplaude a una mujer que sólo con una toca, un hábito de lana de oveja y unas sandalias dejó las huellas suficientes en los corazones, mentes y almas de tantos, que se puede entender lo que la confianza en tu tarea cotidiana puede aportar. El ambiente renacentista de esta parroquia acogió a la perfección el ambiente del XVI al que la obra nos remonta. Y aunque su construcción date de la época medieval en la que un tal Rodrigo repoblara este pueblo, y el público que en su interior estaba viendo teatro viviera momentos de otra época posterior, nos sigue dando constancia del efecto mágico y brillante que supone la vida y palabras de una mujer sencilla pero luchadora e inteligente, porque ha conseguido saltar los límites de la Historia. Y la Diputación salmantina está propiciando que esto sea así.