El grupo escultórico de González Macías se ha bajado de la hornacina, un hecho excepcional que permite a los fieles contemplar las imágenes al detalle
La glesia de San Julián y Santa Basilisa ha acogido el besapiés y una misa solemne -concelebrada por Monseñor Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo- para finalizar los actos de celebración del 75 aniversario del grupo escultórico del 'Santo Entierro'. Hasta las 20.00 horas de este sábado tiene lugar el besapiés del Cristo esculpido por González Macías delante del altar de la Iglesia de San Julián y Santa Basilisa.
Para celebrar esta ceremonia, se ha bajado el grupo escultórico completo de la hornacina que ocupa en la iglesia, un hecho excepcional en los 75 años de historia de estas imágenes que, además, permite a los fieles contemplarlas en detalle.
'El Santo Entierro' es el paso más grande y pesado de la semana santa salmantina. Procesionó por primera vez el 23 de abril de 1943, Viernes Santo. El grupo escultórico fue ejecutado por el artista bejarano Francisco González Macías, discípulo de Victorio Macho y José Capuz y compañero en París de otro bejarano famoso, Mateo Hernández y consta de siete figuras. El grupo principal lo forman un Cristo muerto envuelto en una sábana o sudario que llevan José de Arimatea y Nicodemo, el fariseo arrepentido. A este primer grupo le sigue el de su madre, la Virgen María, consolada por San Juan y por último dos mujeres representando a dos de las Marías. 'El Santo Entierro' consiguió tener identidad propia dentro de una Congregación dos veces centenaria, por aquel entonces, la cual cambió su nombre pasando a llamarse desde entonces 'Ilustre y Venerable congregación de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Entierro'.
El paso ha sobrevivido a tiempos de bonanza y a otros de escasez de hermanos, en los cuales salió a la calle sobre ruedas o incluso llegó a quedarse en la iglesia debido a su gran peso. En el año 1993, tras varios años sin procesionar, volvió a salir siendo llevado a hombros por 70 hermanos. 'El Santo Entierro' ha sido uno de los primeros pasos con carga mixta de la Semana Santa salmantina, lo que supuso en su momento una revolución. Lejos de provocar tensiones, la incorporación de la mujer con absoluta naturalidad a puestos reservados a hombres ha sido un revulsivo en las cargas de los pasos de la congregación.
Fotos: Alejandro López