Hace unos días Podemos preguntó a sus bases, y aunque la pregunta estaba hecha de aquella manera, la repuesta dejó bien claro lo que la gente quiere : Sí a las confluencias por mayoría abrumadora.
Había una condición, que era mantener el nombre de Podemos en aquellas confluencias que no estuvieran consolidadas, pero yo estoy segura de que si la pregunta hubiera sido hecha "sin condiciones", o sea, con el nombre que decidiera la propia confluencia, la respuesta habría sido la misma aunque obviamente, la mayoría no habría sido tan aplastante.
Hasta ahí más o menos dentro de lo que esperábamos, pero unos días después, oímos hablar sobre la preparación del programa de Podemos y, este miércoles, oímos hablar de primarias en Podemos Madrid. Vamos, que cuando nos queramos poner a confluir, va a estar "todo el pescado vendido".
Mucho me temo que las confluencias esta vez van a ser como aquel "Ahora en común" del verano de 2015: mucha ilusión inicial, mucha gente implicada en muchas tareas para hacer algo bonito, pero cuando llegó la hora de la verdad, resultó que Alberto Garzón "ya tenía su programa": ni sabía ni le importaba nada del programa que hubiera estado haciendo durante meses la gente anónima en AeC.
Aquel día, la mayoría de las personas que no habíamos desertado aún por los varios boicots internos que se habían venido produciendo, nos acabamos de desanimar, nos fuimos retirando y lo que quedaba de AeC se autoredefinió como Unidad Popular. Y se pegó un gran batacazo el 20D.
Batacazo éste, que unido a la decepción por no conseguir el sorpasso al PSOE por parte de Podemos, hizo posible una coalición (que no confluencia), por arriba, esto es, una coalición Old Style, negociada entre Pablo Iglesias y el propio Alberto Garzón, y/o sus adláteres correspondientes, y que propició que el 26J los resultados fueran incluso peores.
Aún queda mucho para las próximas elecciones, aún es pronto para vaticinar nada, pero los augurios no están siendo propicios. Veremos