OPINIóN
Actualizado 06/04/2018
Félix López

Hace ya 50 años que mataron a uno de los hombres occidentales que no debemos olvidar: Martin Luther King. Los jóvenes deben conocerlo y reflexionar leyendo sus discursos. Deben conocer y compartir sus sueños, solo parcialmente hechos realidad: un mundo en el que todos los humanos tengamos los mismos derechos y obligaciones, nos sea reconocida nuestra dignidad en una sociedad milticultural y multiétnica. Él creía que era un sueño posible y ahora nosotros, incluidos muchos jóvenes, hemos dejado de creer que esto sea posible.

Pero abandonar este sueño es una tragedia para la humanidad. Lo tuvieron los luchadores por los derechos civiles y sociales. Los que mataron a este hombre y a tantos otros, hombres y mujeres encarcelados o asesinados, parecen haberse salido con la suya en esta nueva forma de capitalismo financiero y mercantil que usa la democracia como coartada. No creo que tengamos otra solución mejor que la democracia, pero deberíamos ser más críticos con su funcionamiento real.

Los herederos y amigos de Martin Luther King nos recuerdan hoy que su legado es la lucha por el voto de todos, y seguramente es éste uno de los grandes logros históricos. Es verdad que tenemos libertad de expresión y de voto, bien la valoramos los que llegamos a conocer nuestra dictadura. Pero los poderosos literalmente intentan comernos el "coco" cada día: son los dueños de los medios de comunicación y de la cultura, han convertido la prensa y la televisión en propaganda, no nos informan sino que seleccionan la información y nos la interpretan según sus intereses. No nos cuentan lo que sucede ni nos ayudan a reflexionar sobre ello, ofreciendo elementos críticos. La información que nos dan, con pocas excepciones, responde a los intereses de los dueños de los medios y del mercado, dando prioridad al número de oyentes o espectadores. Priorizan la voz de los políticos profesionales, los sucesos violentos de todo tipo y otras secciones que el espectador crítico sufre todos los días.

De los políticos aceptamos ya con normalidad su demagogia, en este caso sin excepciones, creo yo, aunque haya diferencias de grado entre estos profesionales del engaño.

Debieran quedarnos dos instituciones, la familia y la escuela y universidades. ¿Se libran de estos intentos de manipulación?, ¿educan críticamente a los hijos y alumnos?, ¿hay una educación de los menores y adolescentes paras manejarse en esta sociedad de consumidores sometidos a todo tipo de trampas por los que tiene algún tipo de poder? Dejo a los lectores que respondan a estas preguntas.

Seguramente Martin Luther King seguiría hoy teniendo sueños; y nos corresponde a todos conservar la fe en la humanidad. Desde hace 50 años han mejorado muchas cosas, eso es verdad; pero los resortes del poder son hoy más fuertes, menos brutales, al menos en occidente, aunque, a la vez, con más capacidad de manipulación. Uno de los compañeros de lucha de Luther King asegura que con el voto echaran al nuevo presidente del Estado más poderoso del mundo. Pude ser, pero tenemos que preguntarnos: ¿cómo es posible que haya sido elegido? En la respuesta a esta pregunta está lo que he querido decir en este pequeño texto.

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