Castilla y León se mantiene como el destino preferido, con cerca de 73.000 pernoctaciones
Viajeros y pernoctaciones de alojamientos de turismo rural aumentaron en Salamanca durante febrero en comparación con el mismo año de 2017. Los datos publicados por el INE indican que fueron 6.375 los viajeros frente a los 5.062 de febrero del año anterior, con un incremento del 20,59%. Cifras en sintonía con la buena evolución de las pernoctaciones, 12.169, con 2.080 más que en febrero de 2017.
Las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural presentaron un descenso anual del 0,8% en febrero. Las de residentes bajaron un 3,0%, mientras que las de no residentes aumentaron un 6,9%. En los alojamientos de turismo rural se ocuparon el 10,4% de las plazas, con un descenso del 2,3% respecto a febrero de 2017. El grado de ocupación en fin de semana se situó en el 23,9%, con una bajada anual del 5,7%. Por comunidades, Castilla y León es el destino preferido, con 37.802 viajeros y 72.865 pernoctaciones, un 3,3% menos que en febrero de 2017. Canarias alcanza el mayor grado de ocupación, con el 43,1% de las plazas ofertadas. Por zonas turísticas, Mallorca es el destino preferido, con 24.237 pernoctaciones.
Este sector dispone de cerca de 482 establecimientos en Salamanca, dando trabajo a unas 600 personas, cifra que aumenta durante la temporada alta. Sierra de Francia, Arribes, Sierra de Béjar, comarcas de Ledesma y Ciudad Rodrigo acaparan buena parte de estos establecimientos que concenran gran parte del trabajo durante Semana Santa y verano.
Especialización para un turista cada vez más exigente
Lograr el máximo aprovechamiento de los recursos turísticos que ofrece cada zona ?cultura, naturaleza o gastronomía- es el objetivo de un sector importante para la economía de numerosas zonas rurales de la provincia. Sector que ha evolucionado en los últimos años con fusiones y alianzas, tendiendo hacia la especialización de la oferta con productos específicos. Así se recoge en el Plan Estratégico de Turismo de la Junta que, con carácter cuatrienal, finaliza este 2018. El plan indica que, además de seguir avanzando en la competitividad -con innovación y calidad- y la rentabilidad del sector turístico, uno de los grandes retos del sector del turismo rural es reducir su dependencia de la estacionalidad.
"Hay que ser más competitivos, a través de la especialización, porque el turista que llega a un alojamiento rural busca vivir experiencias en destino, ha aumentado su nivel de exigencia. Se trata de explotar el potencial del turismo rural para crear productos turísticos difícilmente imitables y sustituibles, pues se basan en la identidad de nuestro espacio turístico: productos de turismo familiar, de naturaleza, gastronómico, religioso o de salud", se recoge en el plan.