"No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a
comprar alimentos para toda esta gente." (Marcos cap,6, 30)
NADIE ESTUVO MÁS SOLO
El pan y el pescado jamás saciaron tanto,
como cuando tus santas manos fueron hoguera,
y a cinco, y mil, alimentaron
¡ Nadie estuvo más sola!
que María en la penumbra
de la Tarde Eterna,
y una gota de sangre con aroma a jazmín
de Tu costado declina.
¡Nadie estaba más ciego!
que mis ojos,
agónicos lirios,
apagados astros,
piedras grises del cruel balasto.
¡Nadie estuvo tan solo!
Vuelvo a Ti,
sostén mi fe
que no se enturbie el amor,
ni el dolor nuble la paz,
déjame ser vino en el lagar
pan molido en el molino
descansar en tus brazos,
mientras duerme el mundo.
Foto: Isaura Díaz de Figueiredo (Semana Santa 2018)