Dice Antonio Romo que uno es mayor porque ha caminado mucho.
Uno acumula años inexorablemente, es el destino de todos, ya puedes ser edificio, animal, vegetal o persona.
Cada vez se llega más lejos, se intenta descubrir el elixir de la eternidad, se quiere poner el pie en otros planetas, descubrir en qué constelación habita ahora Stephen Hawking, curiosamente debe estar cerca de Félix Rodríguez de la Fuente, y de Karl Marx, ellos se fueron y otros como Einstein llegaron un 14 de marzo.
Y hete aquí que uno se enfrenta con la vida aún más real si cabe, de quienes han trabajado toda su vida.
La jubilación debería ser un descanso para el cuerpo y el alma, el reconocido derecho a vivir en paz y con tranquilidad los últimos años de nuestras vidas.
Con 639,30 euros, una persona viuda encuentra verdaderas dificultades para poder llegar a fin de mes.
Es relevante que los mayores se estén movilizando para reclamar sus derechos, pero lo es más que el resto de la sociedad no sea consciente de que mañana también será población mayor. El derecho a una vida digna es de todos, independiente de que hoy se juegue el partido en casa y mañana fuera.
Señores políticos busquen soluciones, digan verdades, sean ejemplo.