OPINIóN
Actualizado 19/03/2018
Isabel Muñoz

Día diecinueve de marzo, se celebra por San José el padre de Jesús de Nazaret. Recibimos regalos y nos miman un poco más en este caso nuestras hijas.

Como todo se comercializa y nos iluminan en el Corte Inglés y las marcas se ponen sentimentales para incitar a comprar.

En familia procuramos juntarnos y celebrar alguna comida en la que salimos todos juntos.

Supongo que como yo, los padres que hemos estado a punto de perder la vida y que quizá la tenemos un poco más comprometida que la media de nuestro entorno, lo saboreamos de una forma más especial, por lo menos a nivel íntimo.

Los padres también existimos, a veces parece que perdemos valor respecto al concepto madre y quizá merecidamente. Yo pienso que no debemos generalizar y que los dos son importantes para los hijos.

Desde la propia religión católica hay un trecho entre la importancia de San José y la Virgen. En este caso no parece machista sino más bien discriminación positiva.

Considero que en el caso de estar las dos figuras no vale aquello de " nosotras parimos, nosotras decidimos".

Desde terapia familiar aconsejamos muchas veces que es mejor equivocarse juntos que acertar por separado. Es una manera de advertir que los mensajes contradictorios que les llegan a los hijos, cuando el padre y la madre no se ponen de acuerdo confunde al hijo y en casos extremos le lleva a jugar e intentar aprovecharse, incluso puede llevar a disociar cuando en separaciones o relaciones patológicas se utiliza al niño como moneda de cambio.

Siempre oímos decir que los hijos vienen sin libro de instrucciones, sinceramente cuando están a mí no me suelen ser muy útiles. Empezamos por ensayo y error, al dictado de nuestro corazón y de nuestra mente y como especie animal que somos alguna instrucción debemos tener en nuestro ADN, aunque respecto a otras especies animales hay más diversidad de resultados educativos. La impronta genética, al tener células diploides de padre y madre, hay más protección a mutaciones.

Genética aparte, la paternidad está en la capacidad de entrega y de querer bien, no hay que tener la misma sangre y he compartido muchas experiencias y sigo compartiéndolas.

Todos los padres estamos de enhorabuena, biológicos o adoptivos, por más problemas que se puedan ocasionar e incluso algunas veces irresolubles, es una oportunidad de compartir vida.

Esto es un compromiso para siempre, yo entiendo algo más importante que uno mismo, desde luego la razón para no rendirse y que no haya excusa para morir con las botas puestas y la mayor dignidad posible. Feliz día del padre.

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