Stonehenge es mucho más que un bonito paraje para el visitante, es uno de los rincones del planeta que guarda más secretos e incógnitas.
Estudios relativamente recientes dicen que Stonehenge es un instrumento musical gigante. Una especie de xilófono de piedra de dimensiones monumentales que aún no sabemos afirmar si se utilizó como instrumento musical o como medio de comunicación.
Imagino que conocéis esa teoría que cuenta que las rocas de Stonehenge han sido transportadas desde aproximadamente unos 320 kilómetros de distancia para posteriormente ser ensamblado en el lugar con la forma con que lo conocemos nosotros. Esto nos hace pensar que las rocas fueron elegidas por su material y que, entonces, no les servía cualquier piedra, querían estas, porque eran únicas. Se cree que por sus cualidades sonoras.
Este tipo de rocas, llamadas Bluestones, fueron utilizadas por algunas iglesias galesas para la fabricación de campanas hasta el siglo XVIII.
Sabiendo esto los investigadores notaron que las piedras tenían marcas de haber sido golpeadas mucho antes, así que utilizaron un martillo de cuarzo para poder percutir la roca. Cada una sonaba de manera única como si realmente se hubiera construido como un instrumento musical.
El sonido resultante es algo parecido al de las campanas y cada piedra ofrece un sonido que produce una reverberación con el tono de la piedra vecina.
Todo parece indicar que su ubicación es estratégica para producir sonidos únicos y que puedan escuchase sin dificultad a kilómetros de distancia.
No es fácil saber si la sociedad utilizaba este artilugio como instrumento musical o para hacer llamadas a la población que se encontraba más alejada, quizá para eso aún queden unos cuantos años y diferentes líneas de investigación, pero por lo menos nos vamos acercando más a los misterios de la antigüedad.