La Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo ha realizado durante la jornada pruebas gratuitas para la detección precoz de la enfermedad renal en la carpa de la Plaza de Anaya
Prevenir y detectar precozmente la enfermedad renal en mujeres, que en nuestro país afecta a un 7,7% de mujeres, no sólo puede evitar la entrada en diálisis o trasplante, sino que puede evitar también las importantes repercusiones socioeconómicas. Prevención en la que se ha hecho especial incidencia este 8 de marzo, Día Mundial del Riñón que por la coincidencia de fechas ha tenido a la mujer como protagonista. Día Mundial al que se ha sumado Salamanca, con las mesas informativas instaladas por la Asociación Alcer en la Plaza Mayor, plaza del Liceo y Los Bandos y con la realización de pruebas gratuitas para la detección precoz de la enfermedad renal en la carpa de la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo, en la Plaza de Anaya. Una actividad, bajo el lema 'Riñones y salud de la mujer', se ha desarrollado en Salamanca sumándose a los actos del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca.
En la carpa se han realizado pruebas gratuitas para la detección precoz de la enfermedad renal. A través de un dispositivo sanitario, con sencillas pruebas, se ha podido conocer el riesgo renal de los asistentes. Los resultados de las pruebas se han conocido al momento, de forma que a cada participante se le ha entregado un folleto con sus valores, así como los nefrólogos y el personal de enfermería han transmitido las recomendaciones de salud adecuadas a su situación.
Según datos del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario en el año 2017 fueron atendidos en la capital salmantina un total de 183 pacientes con enfermedad renal crónica en tratamiento de diálisis, de los cuales 156 recibieron tratamiento de hemodiálisis y 27 diálisis peritoneal. De estos 114 eran varones y 69 mujeres. Con respecto a la edad: mayores de 80 años: 53 pacientes (28,9%); 65-79 años: 74 pacientes (40,5%); menores de 65 años: 56 pacientes (30,6%).
Enfermedad renal
La diabetes y la hipertensión son los principales factores de riesgo de esta enfermedad que también se ve agravada por la obesidad y el sedentarismo. Estos factores, conjuntamente con el incremento de la esperanza de vida, hacen que se haya llegado a alcanzar en los últimos años unas cifras muy elevadas de incidencia, afectando ya al 10% de la población mundial. La enfermedad renal tiene diferentes fases y en sus inicios (estadios uno y dos) no da síntomas, por lo que es de difícil detección. Solo cuando el fallo renal ya empieza a ser importante (estadio tres o cuatro) pueden aparecer tobillos hinchados, dificultad para concentrarse, fatiga, orina espumosa o disminución del apetito. En el último estadio (cinco) es cuando los riñones dejan ya de funcionar y los pacientes necesitan un tratamiento renal sustitutivo: hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante.
Según datos de la Sociedad Española de Nefrología, en España más de cuatro millones de personas padecen algún grado de la enfermedad, más de 600.000 están en un estadio avanzado de la misma, y 57.000 necesitan ya tratamiento renal sustitutivo: un 52,4% están trasplantados, un 42,2% en hemodiálisis y un 5,45% en diálisis peritoneal. Un 2,6% del presupuesto sanitario de nuestro país se dedica al tratamiento de estos enfermos.