¿Es posible el Béjar que nos hemos imagiado?

Nosotros creemos que sí. Pero, en la búsqueda de una solución para Béjar, al analizar las causas de su declive, no podemos seguir echándole la culpa sólo a una mala herencia del pasado, ni a aquellos caciques que, a mediados del siglo anterior, vetaron la instalación de la incipiente industria automotriz española en nuestra ciudad, para mantener una mano de obra barata. Tendremos también que asumir una responsabilidad colectiva en todo lo que no se ha hecho, o se ha hecho mal, desde entonces, hasta el momento presente.

Por ello, desde CiudadanosxBéjar, tras preguntarnos si sería posible un Béjar distinto (en el que se creen y mantengan empresas, que generen riqueza y puestos de trabajo) nos hemos inventado una 'Mesa para la Reconversión', que habría actuado a tiempo ante el desmantelamiento de la industria textil promoviendo iniciativas como un 'Polígono Agroalimentario' y habilitando líneas de crédito especialmente dirigidas a Béjar y Comarca. Hemos supuesto, después, que, gracias al impulso de esas medidas, se habrían podido poner en marcha nuevas industrias, talleres, negocios y actividades mercantiles, aprovechando los recursos que tenemos a nuestra disposición. Finalmente, hemos dibujado, a través de las (que podrían haber sido) noticias del año en un 'periódico imaginario', la imagen de esa ciudad que, quizá, sería posible. Es, naturalmente, una quimera, aunque, objetivamente, no tendríamos porqué rechazar, como imposible o utópico, lo que en otros lugares de España, con los mismos o menos recursos, sí es una realidad que funciona. Pero, a la hora de la verdad y sin más ingredientes, esta "fábula" nos resultaba muy difícil de creer.

En consecuencia, para que nuestro "cuento" funcionara, hemos tenido que imaginar, además, que los partidos políticos habrían priorizado el interés común de la ciudadanía, desterrando los vicios y viejos modos de hacer política con los que la receta siempre es destruir lo que hace o dice el contrario. Que se habría acabado con el caciquismo y clientelismo electoral. Que se habría consagrado la garantía de seguridad jurídica para quienes arriesgan su capital para las inversiones; Que la transparencia y la participación ciudadana serían normas fundamentales en la gestión de nuestro ayuntamiento y que, del mismo modo, la igualdad de oportunidades y la igualdad ante la ley serían pautas esenciales en la actuación de las Administraciones. También hemos dado por sentado que todos los estamentos oficiales, políticos, empresariales, laborales y sociales de Béjar, habrían sido capaces de crear el clima de consenso necesario para llegar a acuerdos con los que luchar, en un frente común, contra la decadencia de nuestra ciudad. Como se puede comprobar, a diferencia de la realidad, la imaginación no tiene límites.

El 'Plan Territorial de Fomento' con ayudas para la reindustrialización, en el que ha sido incluido Béjar, podría ser un motivo para la esperanza, puesto que su objetivo principal, tal y como se ha anunciado, es: 'favorecer la reactivación industrial de Béjar dando un impulso a los sectores productivos basados en el aprovechamiento de los recursos endógenos existentes en Béjar, en particular los vinculados a las actividades agroalimentarias, forestales, energéticas y turísticas, potenciando la capacidad emprendedora e innovadora'. Sin embargo, ya desde un principio, escuchamos quejas por parte de los partidos en la oposición, porque no se les tiene en cuenta para su desarrollo. Mal empezamos.

Es difícil confiar, por tanto, en que el Plan Territorial tenga éxito (como no lo tuvieron todos los anteriores, anunciados a bombo y platillo por los mismos que ahora nos presentan éste) sobre todo si observamos cómo el Ayuntamiento le hace el juego a los bancos, mientras compite deslealmente con la iniciativa privada; si consideramos que los viveros de empresas tienen, en nuestra ciudad, más telarañas que emprendedores; si advertimos que se siguen comprando votos con contratos temporales de trabajo; si comprobamos cómo los caciques y los "arrimados" continúan ostentando privilegios o si vemos, por poner un ejemplo, cómo está El Bosque, tras casi veinte años de titularidad pública.

Tampoco ayuda escuchar a nuestro alcalde, quien, actuando de manera impropia y eliminando un puesto de trabajo, ejerce de aparcacoches en La Covatilla los fines de semana, cuando dice que todos los demás partidos son unos vagos y no quieren trabajar para Béjar (a lo mejor pretende que suban todos los concejales a echar una mano y así le quitaban más sueldos a quienes los necesitan). Ni mucho menos, como suele él mismo decir, si sólo se sigue teniendo en cuenta una opinión, la suya; ignorando que trabajar por Béjar, también puede ser, sobre todo, proponer, consensuar y aprobar proyectos, aunque se esté en la oposición, porque los mejores resultados siempre se consiguen a través de la colaboración y el acuerdo entre todos. Aunque, desgraciadamente, esta es una estrategia frecuente en todos los partidos, tanto desde la oposición como desde el gobierno, cuando se dedican a obstaculizar las propuestas ajenas o a desbaratar lo que hacen sus adversarios. ¿Alguna vez habrá algo que los "otros" hagan bien?

Una de las noticias utópicas en nuestro periódico inventado, dice: El Bosque ha conocido una nueva época de esplendor desde su adquisición en 1999, por parte del Ayuntamiento de Béjar y la Junta, a partir de lo establecido en el Plan Director, aprobado en 2001, que marcó un plan de intervenciones para un periodo de ocho años, que se abordó de inmediato, en un clima de acuerdo y consenso entre las Administraciones y los grupos de representación ciudadana". No fue así, como sabemos, pero podría haber sido. ¿Podrá ser esta vez?

Ciudadanos x Béjar