OPINIóN
Actualizado 18/02/2018

El gran desarrollo de los avances tecnológicos y científicos que se ha producido en la Sanidad hace que cada día se tengan que utilizar y movilizar gran cantidad de recursos para dar una atención médica y quirúrgica efectiva y completa. A este factor, hay que añadir el envejecimiento de la población española, por el éxito de las políticas de Salud Pública, que ha ocasionado un cambio en el patrón epidemiológico, pasando del patrón agudo al crónico y, la cronicidad consume muchos más recursos y, necesita de una organización más horizontal que vertical, que es la que tiene el Sistema Nacional de la Salud basada en la Atención Primaria como primer nivel y, la atención hospitalaria como segundo. Además, con poca coordinación y colaboración entre ambos y, con escasa atención integral y multidisciplinar y, sin continuidad en el proceso asistencial que es esencial para los pacientes crónicos y, pluripatológicos que también necesitan de atención social, domiciliaria o institucionalizados.

Estos factores son determinantes para que exista una gran presión financiera y asistencial en el sistema sanitario, al que se añade una excesiva demanda en ambos niveles asistenciales, tanto en atención primaria como en los servicios hospitalarios y, en urgencias.

Siendo consciente de lo compleja que es la labor asistencial y la gestión sanitaria y, lo difícil que es conjugar la labor asistencial de los pacientes con disponer en cada momento de los recursos adecuados para atender adecuadamente su demanda. En mi opinión, esto se produce por haber olvidado aquello que es esencial y básico para el buen funcionamiento de la Sanidad, de los servicios asistenciales y, de la sostenibilidad del Sistema Sanitario Me refiero a una herramienta que mejora la relación médico-paciente, la motivación y participación activa de los pacientes en sus procesos patológicos y en los autocuidados y, que también ayuda a realizar una adecuada utilización de los servicios sanitarios y controlar la demanda de consultas, de los servicios hospitalarios y, de las urgencias. Actualmente, existen evidencias suficientes para poder afirmar que la alfabetización de la Salud es el elemento más determinante de la Salud Individual del paciente y, de la Salud Pública o colectiva? Esta es responsabilidad de todos, de la Administración Sanitaria, de gestores y gerentes, de profesionales y pacientes. Nadie puede excluir su responsabilidad en la misma, todos son actores importantes, a la hora para mejorar y, no estropear de manera irreversible nuestro buen sistema sanitario.

En mi opinión, actualmente, la información, formación, motivación y el desarrollo de competencias asociadas a la Salud y, autocuidados asociados a los problemas leves, se ha convertido en un reto de primer orden porque es el factor más determinante del estilo de vida y, para ser capaz de responder adecuadamente al reto de las enfermedades con una participación activa y responsable en el proceso asistencial y, en la utilización de los recursos del sistema sanitario. Su utilización, como herramienta asistencial, conllevaría mejoras `para los pacientes, para las dinámicas asistenciales y, para la sostenibilidad de sistema sanitario. Si no se toma conciencia del problema, el sistema dejara de ser un sistema social, con un compromiso social con todos y para todos, para convertirse en pocos años, en un sistema económico y, por tanto, un buen negocio para unos cuantos, al pasar de ser un seguro a todo riesgo institucional a un seguro de daños a terceros en el que hay que colaborar con copagos?

JAMCA

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