Hace unos días un amigo compartió en Facebook un vídeo titulado "No mires a Honduras (mira solo a Venezuela)", creado por un colectivo independiente de periodistas llamado "el cuellilargo". Hasta ese momento desconocía el canal de YouTube de "el cuellilargo", al igual que desconocía los últimos sucesos en Honduras. Sí, muchas veces las redes sociales expanden ruido y contaminación, pero también funcionan como espacios comunicativos libres para expresar información de gran interés. No todo lo que se publica en las redes sociales carece de rigor, del mismo modo que no todo lo que se publica en los medios considerados prestigiosos y fiables es de absoluto rigor.
¿Y qué es lo que ha ocurrido en Honduras? El 26 de noviembre de 2017 se celebraron elecciones y, a pesar de que los últimos datos obtenidos con el 57% de los votos escrutados habían anunciado que la Alianza de Oposición Contra la Dictadura (coalición de izquierdas socialista progresista) tenía un 45% de los votos y el Partido Nacional de Honduras (partido democristiano conservador de derechas) un 40% de los votos, tras un fallo informático se paralizó el recuento de votos durante 36 horas (¡¿36 horas?!) y finalmente ganó las elecciones el Partido Nacional de Honduras, con Juan Orlando Hernández como presidente. Es digno de mención el hecho de que Juan Orlando Hernández había sido el presidente del gobierno en la legislatura anterior, por lo que, según el artículo 239 de la Constitución de Honduras, no habría podido volver a presentarse. Sin embargo, una oportuna sentencia de la Corte Suprema en 2015 dejó sin validez el artículo. También es digno de mención el hecho de que el Partido Nacional de Honduras había llegado al poder en 2009 a través de un golpe de estado (apoyado por EE.UU., según admite Hillary Clinton en sus memorias). Tras este proceso electoral del 26 de noviembre protagonizado por numerosas irregularidades, tuvieron lugar diversas manifestaciones que fueron reprimidas violentamente, con más de 1000 personas detenidas y al menos 16 muertos.
No es que los medios oficiales hayan silenciado sistemáticamente esta información, pero sí parece obvio que no se le ha dado toda la visibilidad que se le da a la información sobre otros conflictos.
¿Por qué hay tanta insistencia en que conozcamos ciertos paisajes concretos hasta creerlos únicos? ¿Por qué no sabemos, en cambio, lo que está sucediendo en algunos lugares del mundo? Lo que sabemos influye en nuestro pensamiento, en nuestra opinión. Lo que ignoramos, también. Por eso es tan importante que sepamos lo que sabemos, que ignoremos lo que ignoramos. Y porque la información es poder (para el informado). Y la desinformación es poder (sobre el informado). Luchemos contra la ignorancia, aunque a veces resulte tentadora. Para ser fuertes. Para ser libres. Para empoderarnos.