No trates al amigo como si fuera tu pariente; ni a éste, como a tu mejor amigo. Hay lazos que no sujetan, aunque tengan los nudos bien apretados. Cada afecto requiere su medida; cada relación necesita su espacio. Has de tener presente que, la amistad, siempre estuvo reñida con la necesidad. Ante la precariedad, a parientes y amigos se le acumulan los trabajos, y tendrás que superar los problemas con tus propios medios.
M. Lamas (del libro Verbo y Barro)