Los sones de la Comparsa Peñarandina volvieron a llenar el gran patio de butacas del Teatro Calderón, protagonizando su ya más que clásico concierto de Navidad previo a la Nochebuena. Una velada de especial intensidad ya que la formación cumplía 35 años desde que arrancara su andadura musical, lo que generaba momentos de gran emoción al recordar sus orígenes y a quienes se qu
edaban en el camino durante estos años formando parte de la agrupación.
Temas de su repertorio más conocido y grandes clásicos volvieron a sonar con su habitual fuerza desde las tablas de centenario teatro, que rompía en sonoras ovaciones tras cada canción en una actuación que, al margen del aniversario, cobraba un especial significado dada la delicada situación que atraviesa el grupo ante la falta de miembros.