Parecería que, en este espacio de invierno, en que la helada recibe en la mañana el dorado calor de los cielos, tendría que aparecer un nacimiento, un Niño Dios entre los animales protectores (José Luis Puerto) / Foto de Ángeles Rebollo
Parecería que, en este espacio de invierno, en que la helada recibe en la mañana el dorado calor de los cielos, tendría que aparecer un nacimiento, un Niño Dios entre los animales protectores, entre el padre y la madre, en esa pobreza y desnudez que este paisaje muestra.
Porque el Niño dorado que nacerá estos días es un sol para todos, para esa desnudez, para esa desprotección que padecemos. Como esa luz dorada que invade este paisaje.
José Luis Puerto / Foto de Ángeles Rebollo