OPINIóN
Actualizado 17/12/2017
Carlos Javier Salgado Fuentes

En los últimos meses, todos los días parece ser el día de la marmota. Es levantarse, y ponga uno televisión, radio o prensa escrita, siempre aparece en primera plana Cataluña, que sin duda está siendo la cuestión estrella de este año para el periodismo, aunque no es para menos.

Actualmente, sin embargo, la atención mediática hacia Cataluña se centra en la existencia de unas elecciones autonómicas el día 21, de cuyos resultados dependerá si seguimos en este eterno bucle, o si se normaliza la situación y se puede volver a hablar de otros problemas, que haberlos haylos. De hecho, vista la precariedad laboral existente en toda España, me atrevería a decir que más graves si cabe, ya que la mayoría de los jóvenes no poseen estabilidad laboral alguna, y eso repercute en la dificultad de formar una familia, afectando a la propia sostenibilidad del sistema de pensiones.

Sin embargo, hasta el día 21 está asegurada la "matraca" catalana, con cobertura plena de su campaña electoral, y con cuyas elecciones no acabará el tema, pues todo indica que se necesitarán pactos para formar gobierno y eso conllevará unas cuantas semanas o meses más de tener a Cataluña en el ojo de la atención mediática.

¿Qué pasará el día 21? Ciertamente, nadie parece tenerlo claro. Si nos quisiésemos fiar de las encuestas, la cosa no está nada clara, pues cada una dice una cosa. Así, unas apuntan a que la lista más votada será ERC, y otras que C's. Unas dicen que el bloque independentista tendrá mayoría absoluta y otras que no. Unas dicen que Puigdemont le puede 'levantar la perdiz' a ERC y otras lo sitúan lejos aún de dicha formación.

En definitiva, que lo único que parece quedar claro es que viviremos en la incertidumbre hasta el día 21 respecto a imaginar qué resultados pueden darse. Y todo parece indicar que esa incertidumbre tendrá su continuidad posteriormente, de cara a formarse el nuevo gobierno catalán.

Y es que el juego de pactos post-electoral va a traer miga, salvo que algunas encuestas que predicen una mayoría absoluta del independentismo acertasen, caso en el cual volveríamos al punto de partida de este año. De no ser así, habría que ver qué vetos se dejan a un lado para facilitar formar gobierno en Cataluña.

En este sentido, parece que la Catalunya en Comú de Xavier Domenech, pese a que registrará previsiblemente una bajada en escaños, podría ser clave para investir a uno u otro candidato. Pero esto no parece aclarar nada, ya que han mostrado su intención de formar un tripartito de izquierdas con PSC y ERC, que viene a ser lo mismo que vender humo, ya que dichas formaciones ya han manifestado que no quieren compartir gobierno entre ellas.

De esta forma, solo parece ser posible el gobierno de alguno de los bloques (independentista y constitucionalista), que necesitarían o bien llegar a la mayoría absoluta, o la abstención de Catalunya en Comú, que ha manifestado que rechazaría el gobierno de cualquiera de esos dos bloques.

Por todo ello, podemos estar de nuevo en un callejón sin salida, y cabría la posibilidad de que tuviesen que repetirse las elecciones unos meses después, por haber sido imposible formar gobierno, con lo que se alargaría sine die el culebrón.

En definitiva, que parece que todo lo que tenga que ver con Cataluña nos tendrá sumidos en una incertidumbre permanente. A ver qué dicen las urnas el día 21 y si son capaces de desbloquear algo.

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