El reloj repite las horas, los minutos y, hasta los segundos. No se cansa de dar vueltas. Aun así, sus mediciones siempre nos parecen nuevas, interesantes; jamás pierden vigencia. Por una razón fundamental: lo que miden esos relojes es nuestra propia vida, que cobra importancia a través de las actividades que desarrollamos y de la conducta que proyectamos sobre los demás. (Reloj solar captado en Salvatierra de Tormes) |