OPINIóN
Actualizado 12/12/2017
Fernando Robustillo

Después del "Halloween", "Black Friday", "Cyber Monday" y tantas otras fiestas "paganas" que vamos incorporando a nuestro santoral civil, ahora nos llega la borrasca "Ana". Y si personas tan rigurosas como nuestros científicos van a utilizar para distingu

No sé si a ustedes, pero a mí, con todas estas bondades, me van entrando dudas de si no estaremos en deuda con los norteamericanos, pues si en tiempos ancestrales hicimos un intento por incorporar a su acervo cultural la siesta y el gazpacho, nos deberíamos de sentir culpables de los resultados, pues que se sepa la primera solo fue bien acogida por los desheredados de Manhattan, que la disfrutaron en las plazas, y del gazpacho nunca más se supo.

En la actualidad, con la ayuda de las redes, por nuestra parte no necesitarían ningún esfuerzo para conocer nuestras costumbres. Como ejemplo más cercano, podían hacer una copia exacta del puente de la Constitución -me río yo del puente de Brooklyn- que pasa por la Inmaculada y termina en domingo. Esto, para entendernos, se llama tender puentes: no importa ser ateos de la Constitución ni estar en contra de la Inmaculada.

También deberían aprender de nuestra no muy conocida paciencia y de nuestras creencias. ¿A ver qué americano sería capaz de estar cuatro horas en la cola de "Doña Manolita" con la creencia de que le vaya a tocar la Lotería? Eso es fe. Y hablando de algo menos frívolo, no comparemos el fútbol americano, que lo respetamos sin entenderlo, con la Liga española. Eso es fútbol.

Y claro, si hablamos de fútbol, no podemos pasar por alto a Cristiano, quien aprovechando el puente ha ido a recoger su quinto balón de oro, ¡tantos como Messi! -quien también está en nuestra Liga-, aunque la "maldad" de algún barcelonista diga que los balones de Ronaldo, por aquello de las bicicletas, son de ciclismo. Envidia cochina. Quien entiende sabe que Messi es el alma del fútbol, nació así, no sabe qué va a hacer en el próximo segundo y una estrella se lo dice, y Ronaldo es más humano, es el cuerpo, lo ensaya todo, y si física y anímicamente está bien es una roca. Son a elegir. Y aunque ninguno sea español, sin duda alguna forman parte de nuestra cultura.

Dejemos el fútbol y veamos qué les podemos contar de nuestra gastronomía. Con un símbolo basta, por ejemplo el jamón ibérico, ese jamón veteado que se lleva a la boca con los dedos acompañado de un vinito, y no me refiero al jamón para guisar con judías o guisantes, que también, sino el que se cría en Extremadura, se cura en Salamanca y lo están comprando los chinos con el deseo de copiarlo. ¿Qué hacer? Nada. Bueno, algo sí, pues si la pizza napolitana ha sido declarada Patrimonio Inmaterial por la UNESCO, qué menos que nombrar al jamón ibérico "Patimonio" Mundial de España.

¿Dónde están nuestros políticos? Lo dejaremos para otra ocasión, y como se decía antaño vayamos con la música a otra parte. Pero música de verdad, pues en poco menos de una semana se han marchado dos músicos que tuvieron presencia en nuestra edad adolescente: Tony Luz, integrante del conjunto Los Pekenikes (entonces escribíamos Pequeniques), de tan exquisita música que creo recordar solo tuvieron en su repertorio una canción con letra ("Lady Pepa") y Johnny Hallyday, francés siempre presente en los primeros puestos del "Hit Parade" en nuestro país -la España musical de José María Íñigo, Pepe Domingo Castaño y Joaquín Luqui principalmente-, y que marcaba estilo no solo en la música, sino en la moda. Hoy sentimos su muerte, pero en aquellos años, ¡que nos perdonen!, nosotros no les perdonamos que se llevaran a Karina y Silvie Bartam, respectivamente. "Era muy fuerte", como diría una adolescente de hoy, eran nuestras chicas. D.E.P., amigos.

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