OPINIóN
Actualizado 03/12/2017
Carlos Javier Salgado Fuentes

El mes de noviembre se ha despedido en Salamanca con la elección de un nuevo rector para la Universidad, el cual tendrá que asumir la representación de la USAL en los actos conmemorativos del VIII Centenario de la misma, que tendrán lugar en 2018.

En este caso, tras una primera vuelta previa, en la que dos de los candidatos a rector quedaron eliminados, quedaron fuera de la segunda y definitiva ronda el madrileño Francisco Giner Abati, y la vallisoletana Mª Ángeles Serrano, que ostentan en la USAL el rango de catedrático de Antropología y catedrática de Bioquímica y Biología Molecular respectivamente.

De este modo, a la ronda final llegaron un salmantino, Juan Manuel Corchado (catedrático del Departamento de Informática y Automática), y un palentino, Ricardo Rivero, (catedrático de Derecho Administrativo), que se plantaron en la última votación sin haber alcanzado el 40% del voto ninguno de ellos en la primera, lo que dejaba muy abierto el resultado.

Y ciertamente, la segunda vuelta no ha sido apta para cardiacos. Así, finalmente Rivero se ha impuesto a Corchado por un ajustadísimo resultado, 51% frente al 49%, habiendo sido los estudiantes el sector clave para que finalmente haya sido Rivero el elegido rector.

Y es que, si bien entre los profesores Corchado obtuvo un mayor respaldo, en el caso del alumnado Rivero obtuvo una amplia victoria, logrando el 61% del voto estudiantil, frente al 39% de Corchado, hecho en el que pudo ser clave poseer la imagen y mensaje de ser el candidato 'progresista' o 'de izquierdas'.

Por otro lado, llama la atención, a modo anecdótico, que el nuevo rector sea de Palencia, al ser ésta la provincia de nacimiento de los padres del alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, aunque ideológicamente parecen distar bastante el uno del otro.

No obstante, dejando a un lado la nacencia del nuevo rector, que no pasa de ser una anécdota, espero y confío en que Rivero sea un gran rector de la Universidad de Salamanca, por la cuenta que le trae a Salamanca y a la propia universidad, que tiene mucho terreno perdido que recuperar, y en algunos aspectos lo 'rupturista' de Rivero puede venirle bien a la USAL, en la medida que quizá precise de un poco de aire fresco en algunos ámbitos.

Asimismo, dado lo ajustado del resultado en la segunda votación, creo que sería interesante que Rivero tienda la mano durante su gobierno rectoral a los integrantes del proyecto de Corchado, ya que han obtenido prácticamente el respaldo de la mitad de la universidad, y seguramente tendrán cosas muy interesantes que aportar, sobre todo en lo que a experiencia se refiere.

A este respecto, Rivero, tras la noche electoral, ya habló de "sumar esfuerzo y capacidades en torno a 2018", por el VIII Centenario, y de la necesidad de trabajar "entre todos" para hacer "una Universidad más grande y más prestigiosa a la altura del prestigio histórico e internacional".

Sin duda, ese ánimo a estar abierto y a 'hacer piña' por la Universidad de Salamanca, es un buen primer paso, que se agradece y debería llevarse a efecto, no quedarse en meras palabras, y espero que entre todos, se pueda lograr devolver a la USAL al mayor prestigio nacional e internacional, a volver a ser una de las universidades de referencia del mundo.

Suerte al nuevo Rector, en sus manos está el futuro de la USAL.

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