EDUCACIóN
Actualizado 30/11/2017
Redacción

Uno de los atractivos de este país es, sin duda, el menor coste de la vida. Y es que en su capital, Varsovia, es posible llegar a fin de mes con poco más de 400 euros (alquiler de habitación, alimentación y transporte incluidos)

Entre las principales becas de movilidad estudiantil, el programa Erasmus goza de una posición más que destacada. Es el responsable de que cientos, incluso miles de estudiantes españoles salgan por primera vez de sus casas, y de que lo hagan para adaptarse a otro país europeo. En este sentido, si Reino Unido, Alemania, Francia o Italia han sido desde un comienzo los destinos más habituales, en la última década hemos asistido a la popularización de otros distintos. Es este el caso de Polonia, que en 2013 acogió a 976 estudiantes españoles, según la Unesco. Una cifra que no hace sino aumentar cada año.

Uno de los atractivos de este país es, sin duda, el menor coste de la vida. Y es que en su capital, Varsovia, es posible llegar a fin de mes con poco más de 400 euros (alquiler de habitación, alimentación y transporte incluidos). Asimismo, las universidades polacas suelen contar con residencias asociadas, donde se ofrecen tarifas de estancia y comedor muy económicas. Igualmente, a la hora de buscar alojamiento desde España, una buena idea es navegar por la web y las redes sociales, para contactar tanto con Erasmus anteriores que puedan trasladarnos su experiencia como con futuros compañeros.

Por otro lado, hay un detalle que infunde temor al estudiante español destinado en Polonia. Se trata del invierno que, con temperaturas medias de -5ºC, es especialmente duro en ciertas zonas del país. Si a esto le sumamos que no nos ha sido posible cargar con todo el abrigo que habríamos deseado, el nerviosismo está fundamentado. A este respecto, una solución es pedir a nuestros familiares que nos manden nuestra ropa a través de Packlink, un comparador de envíos que coteja entre los principales transportistas que operan en el país de destino, ofreciéndonos el producto más rápido y al mejor precio.

En lo que a la burocracia se refiere, el mayor problema del estudiante Erasmus tiene un nombre: learning agreement. No es otra cosa que el plan de estudios en el que figuran las asignaturas a cursar, y aquellas por las que nos serán convalidadas en nuestra universidad de origen. Ya estemos en Polonia, República Checa, Bulgaria o Italia, este documento nos costará más de una visita a la oficina de relaciones internacionales y un intenso intercambio de correos con nuestro coordinador español. Asimismo, no debemos olvidarnos de solicitar una Tarjeta Sanitaria Europea antes de nuestra partida, ya que esta nos asegurará asistencia médica en todo el territorio de la UE.

Por último, el idioma no es algo que deba preocupar al becario Erasmus. En Polonia la mayoría de las universidades imparten clases en inglés. Del mismo modo, los ciudadanos locales, especialmente los más jóvenes, suelen hablarlo fluidamente. Por el contrario, a lo que sí que deberíamos prestar atención sería a abrir una cuenta en nuestro país de destino. Eso y recordar siempre esta regla: un euro, aproximadamente, equivale a 4 Zlotys, la moneda polaca.

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