I
OTOÑO
Disfrazado de sueños,
empañado por el polvo del olvido,
bajo un combado cielo,
nos aferramos a tenues alegrías,
santuario purísimo,
placer primero.
Se desmayaron los besos
con el frío del otoño,
como se desvanece el campo y el sendero.
Fueron nuestros testigos
las grises piedras,
tristezas mudas,
lección severa.
II
LA LUZ
¿Metamorfosear? En el momento que lo haga el altozano
¿Hesitar?
cuando Febo
domine sin recelar
su victoria y consuele el temblor sellado
que ya no turbe la calma.
III
TARDANZA
Cuando nuestro lecho sea el olvido,
entre narcisos blancos y azules lirios,
calmaré la sed
¡ Como deseo
embriagarme en tu aroma
ahora que los años doblan el comienzo!,
desvanecido el tiempo,
ligero el equipaje,
dormidas las lágrimas,
solo caminar, caminar
entre aromas sutiles,
y ramas doradas?
IV
DESEO
Jamás contemplé un añojal,
ni admiré el mar;
y deseo ser ola,
alondra azul,
naufraga,
llegar a la orilla
y estremecida mí carne
unirse a la tuya
Isaura Díaz de Figueiredo