Noctámbulo.
Sin sueño ni prisa, en las horas en las que casi todos duermen.
Con la chupa de cuero negra desgastada, cuellos subidos para engañar a la gélida noche, vaqueros y tacones.
Ni alto, ni bajo, ni aseado ni afeitado.
El gesto hastiado en busca de último bar que me sirva un sol y sombra.
Mis penas no te las cuento, vas de sobrado.
Me las callo y me las bebo.
Hoy quisiera tener un perro a mi lado, un verdadero amigo.
Las campanas tocan a arrebato, me dicen que se ha ido, qué pena, qué sinsentido, llegar hasta aquí e irte, periodista, buen tipo.