OPINIóN
Actualizado 17/11/2017
Luis Marcos del Pozo

He intentado pasar página, pero una y otra vez el aire de la actualidad me lleva al mismo párrafo. Con tanto vaivén he llegado a la conclusión, definitiva, que tienen que cambiar las leyes ¡ya! Para dejar de cometer esta cantidad de barbaries comparativas que afrentan a la vida diaria de cualquier ciudadano de bien.

No puedo entender que una perifrástica "señora", por denominarla de alguna manera, porque niegue lo que ha generado, acepte de puertas para afuera lo que le insta el juez pueda irse de rositas, mientras miles de ciudadanos acarrean las dolorosas consecuencias venidas de decisiones golpistas e insanas.

No puedo entender que el cobarde del flequillo en forma de casco, pueda ampararse en malévolas entrevistas que dejan en un lugar putrefacto a España, y se permitan el lujo de presuponer que aún existe la solución del dialogo.

Se me escapa hasta dónde hay que llegar, por un puñado de votos, para no atrincherar a todos y cada uno de los que han puesto a Cataluña a los pies de los caballos, obviando el resquebrajamiento social, la pérdida de puestos de trabajo, el parón al crecimiento económico y miles o millones de situaciones personales intangibles pero altamente plausibles que las convierten en defecación permanente.

¿No tiene sistemas el estado de Derecho, para cortar absolutamente el grifo económico, a todos estos ladrones de guante blanco, a todos estos que renuncian de su padre y madre pero no de su herencia? ¿Nuestro Estado de Derecho, está preparado para llevar al paredón a un ladrón de gallinas pero no a un asesino de realidades sociales? ¿ Si el ladrón reconoce el delito, se queda en su casa o se va al trullo?

Qué decir del ínclito Rufián, que a pelo le viene el nombre, y su puesta en escena constante, sus mentiras permanentes y su verborrea insultante a la inteligencia mínima de cualquier ser.

¿Saben porque nadie le retira los sueldos a estos desalmados? Porque tendrían que generalizar la norma, estamos en un Estado dónde una gran mayoría cobra por no trabajar, otros muchos cobran por su puesto de trabajo (que no realizan) y por la representación ciudadana (que la hacen de pena). Por eso ladran y ladran pero no se muerden y mientras los ciudadanos españoles de Cataluña se van muriendo de asco y los ciudadanos españoles del resto de la piel de toro nos asqueamos de ver y oír tanta mentira, de sentir como ningunean a todos los que mantenemos el estado de bienestar social, ese que algunos representantes ciudadanos lo convierten en derecho de pernada. ¡Y no cierren los ojos, pasa en todo el territorio español!

PD: Cuando pueda digerir esto, intentare deglutir cómo es posible que una víctima de agresión sexual, se convierta en victima (para rematar) del poder judicial.

¡Este mundo no se terminará por colisión planetaria, lo haremos implosionar por estupidez humana!

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