El Ayuntamiento de Cantaracillo ha terminado con las nomenclaturas franquistas en la localidad tras la aprobación que el Ayuntamiento llevaba a cabo, a instancias del Senador de Compromis, Carles Mulet, para la el cambio de nombre en la calle Salas Pombo. Finalmente, el consistorio ha dado luz verde a esta modificación, pasando a llamarse Cañada Real y manteniendo los números hasta ahora existentes en ella.
Diferente situación se ha vivido en Bóveda del Rio Almar, donde tras un debate en sesión plenaria, conseguia una mayoria en favor de continuar con dichos emblemas,
algo que, tal y como exponen en el edicto publicado, "se procederá a tramitar dichos cambios de denominación en vías públicas, una vez retirados todos los símbolos existentes en el territorio español".
El estudio y propuesta de estas modificaciones vienen realizados a instancias de esta formación en el Senado, mismo órgano que recogerá cada una de las actas municipales solicitadas en las que se de cuenta de las modificaciones para su inclusión dentro de los nuevos catálogos establecidos a partir de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica.