El arzobispo de Santiago de Compostela clausura las XLIX Jornadas de Teología "Pensar la Moral Cristiana"


EDUCACIóN
Actualizado 20/10/2017
Redacción

El arzobispo de Santiago de Compostela clausuró estas jornadas, que tomaron como punto de partida la Encíclica de Juan Pablo II publicada en 1993

La Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca ha concluido las XLIX Jornadas de Teología 'Pensar la Moral Cristiana. A los 25 años de la Encíclica Veritatis Splendor', en las que distintos obispos y teólogos han abordado los fundamentos de la Teología Moral y sus nuevos retos, a partir de la Encíclica de S. Juan Pablo II publicada en 1993. El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio Barrio, ha participado en el acto de clausura con su conferencia 'Educar el sentido moral del pueblo de Dios' en la que también han estado presentes el vicerrector de Relaciones Institucionales y Comunidad Universitaria, Jacinto Núñez Regodón, y el decano de la Facultad, Gonzalo Tejerina Arias.

En la conferencia de clausura, el vicerrector de Relaciones Institucionales y Comunidad Universitaria, Jacinto Núñez Regodón, ha agradecido la presencia del arzobispo "es un honor ya que la archidiócesis tiene una estrecha relación con la Universidad a través del Instituto Teológico Compostelano y del Instituto Compostelano de Ciencias Religiosas vinculados a la Facultad de Teología (...) esa relación se ha sostenido a lo largo del tiempo siempre con un espíritu de colaboración institucional y también personal y de ayuda por parte del arzobispo", indicó.

El vicerrector dio paso al arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio Barrio, que dedicó su intervención a analizar la educación del sentido moral del Pueblo de Dios, teniendo en cuenta tres premisas: "que la persona ama porque se siente amada. Dios nos amó y tenemos que corresponderle. Que de lo visible tenemos que ir siempre a lo invisible, no se puede perder la perspectiva del misterio en la realidad de la educación moral del Pueblo. Y que tenemos que intentar en la peregrinación no herir el corazón de nadie". Sobre esta base el arzobispo ha dedicado su ponencia centrada en desgranar la relación estrecha entre 'educación' y 'evangelización' ya que "anunciar el evangelio de Dios con la educación en la que vemos la misión del mundo, los criterios de comportamiento, los ideales de vida en los que nos movemos, e insertar la referencia a Dios y la decisión de fe en Cristo, es la más sólida fundamentación de un proyecto de vida auténtico y la más firme justificación de unos valores y criterios de comportamiento verdaderos y justos".

Según el arzobispo "la llamada nueva evagelización de S. Juan Pablo II no ha entrado todavía de manera efectiva en nuestros plantemientos pastorales", afirmó. "El Papa Francisco sigue insistiendo en la necesidad de que nuestras actividades tengan un estilo misionero y evangelizador para responder a las necesidades de nuestro tiempo (...) Porque la evangelización es la tarea primordial de la Iglesia cuya razón de existir es continuar la obra de Cristo anunciando al mundo el valor, el amor y la gracia de Dios". Monseñor Barrio Barrio ha insistido en que en la actualidad "vivimos en una sociedad en la que lo normal es creer que el hombre ha aparecido en la tierra por casualidad, y no en virtud de un acto creador de Dios. Que la felicidad se deba a uniones de este mundo o que no se tenga en cuenta la vida inmortal (...) que en el fondo no es posible creer, o que el derecho a Dios está ausente y que la fe de la Iglesia parece algo de un pasado lejano". Y aludiendo a las palabras del Papa Benedicto XVI "el hombre se justifica a sí mismo y el mundo realiza lo que parece necesario, pero falta la luz interior y el alma de todo". Ante este contexto, el arzobispo ha asegurado que "la Iglesia, en su tarea irrenunciable de la evangelización tiene que emprender con más intensidad que nunca la labor de 'educar' de enseñar a vivir, a juzgar, a valorar, a actuar conforme a la verdad de las cosas y la primacía del bien (...) ayudar a descubrir que la verdad es mejor que la mentira, la generosidad mejor que el egoísmo, que en definitiva es mejor el bien que el mal y el verdadero bien está en Dios". En este sentido, el arzobispo ha afirmado que "el centro de la educación es la persona de Jesucristo, como hombre perfecto (...) y la moral del cristiano es la vida en Cristo".

La sesión también ha tratado, entre otro puntos, la ley natural, el mensaje moral de la naturaleza, las 'inclinaciones naturales', la ética teónoma de la fe, la autoridad del Magisterio en materia de fe y costumbres, y las directrices de la doctrina social de la Iglesia.

En este sentido, el arzobispo se ha detenido en la doctrina de la ley natural, que afirma que "las personas y las comunidades humanas son capaces, a la luz de la razón, de discernir las orientaciones fundamentales de un actuar moral conforme a la misma naturaleza del sujeto humano y de expresarlas de manera normativa en forma de preceptos o mandamientos" por lo que según el arzobispo "la doctrina de la ley natural afirma un orden moral objetivo (...) El magisterio eclesiástico enseña que la realidad natural contiene en si un mensaje moral". También se refirió a la función de la Doctrina Social y a sus directrices "basadas en 'principios sociales' derivados de la concepción cristiana de la persona, del 'principio de la persona', del 'principio de solidaridad' y del 'principio de la subsidiaridad', los cuales deben transmitir la visión correcta de la sociedad.

Como conclusión, monseñor Julián Barrio Barrio ha indicado que "la ética en el cristianismo no es, por tanto, función derivada primariamente de un análisis racional de la naturaleza, ni de la acción cultural de los hombres en la historia, ni de la sucesiva coincidencia de deseos y propósitos de la sociedad respectiva, sino de un acontecimiento que ha tenido lugar en la historia del mundo, que fue leído por sus contemporáneos y por los hombres de las generaciones sucesivas como especialmente querido por Dios, si bien con un sentido descubrible solo desde una actitud receptiva, que implica consentimiento y penetración en él en cuanto llamada y promesa de Dios".

Durante la mañana, se han abordado los nuevos desafíos y horizontes de la moral cristiana en una mesa redonda en la que han participado, José Alegre Aragüés, del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón; Roberto Noriega Fernández, del Centro de Estudios Teológicos San Agustín, y Ángel Romo Fraile, de la Facultad de Teología San Esteban de Salamanca. Posteriormente, el director del Instituto Superior de Teología de Canarias, Cristóbal Déniz Hernández, reflexionó sobre la 'teología moral' y el 'bien común' en un contexto de cansancio y de desconocimiento del valor de la ética y en un contexto desafectado. El profesor de la UPSA Gonzalo Varela Alvariño presentó distintas perspectivas para la autocomprensión de la ética teológica (científica, teológica, cristológica, eclesiológica, bíclica, vocacional y misericordiosa). La profesora de ética de la Universidad de Barcelona, Margarita Mauri Álvarez, explicó las aportaciones de la moralidad cristiana a la cultura relativista basadas en restablecer la fuerza de la razón como guía de conducta; el reconocimiento de la naturaleza y de la ley natural; reconocer la contingencia de la vulnerabilidad y de la dimensión religiosa del hombre; fomentar el diálogo y respeto; restaurar la cultura de la verdad y reconocer la tradición.

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