Pueblos en los que nuestros misioneros están realizando su trabajo evangelizador y humanitario
Recientemente hablábamos en este medio del DOMUND de los misioneros. Hoy quisiéramos hacer algún comentario sobre los pueblos en los que nuestros misioneros están realizando su trabajo evangelizador y humanitario.
De un modo general, podemos decir que esos pueblos destinatarios de la acción misionera son pueblos faltos de desarrollo e inmersos en una situación de pobreza. En ese sentido, nuestros misioneros hacen una gran labor humanitaria sin esperar nada a cambio, y entregándose a la liberación y progreso de esos pueblos con toda su entrega y dedicación. Lo cual es aún más llamativo porque la mayoría de ellos proceden de países desarrollados y de alto nivel social.
Pero yo quisiera hoy poner de relieve, no sólo a los países pobres, sino sobre todo a los países en situaciones de guerra o bajo la amenaza y la experiencia permanente de todo tipo de violencias. A pesar de lo cual, nuestros misioneros siguen presentes y dedicados a sus tareas de servicio a todas las víctimas de cualquier tipo que sean. Y eso es lo admirable, cuando en situaciones límites de amenaza y violencia, todos los ciudadanos de otros países suelen abandonar sus tareas y acogerse al refugio de sus países de origen.
En el caso de atentados terroristas, o de cualquier otro tipo, que tengan lugar en el mundo occidental, es decir, Europa y Norteamérica, lo recogen y comentan, con el debido relieve, los medios de comunicación, y de tiempo en tiempo regresan al correspondiente recordatorio para reafirmar los sentimientos de amenaza y facilitar el aumento de medios y personas destinados a la correspondiente vigilancia.
No ocurre lo mismo cuando el ataque terrorista o el suceso fruto de acontecimientos o desastres naturales, ocurridos en países pobres y menos relacionados con nosotros, apenas si hay un leve anuncio en lugares secundarios de los medios de comunicación. Por eso, hoy queremos hacer alguna aproximación a los países y pueblos que sufren amenazas permanentes o frecuentes, o son víctimas de sucesos naturales como terremotos, volcanes, huracanes u otros desastres naturales, o son víctimas de violencias terroristas, guerras, o cualquier otra causa violenta de origen humano.
No podemos hacer alusión más que a algunos de esos países que últimamente han sufrido las consecuencias del peor fruto de cualquier violencia irracional.
En la historia de la República Centroafricana existe un "antes" y un "después" de la visita del Papa Francisco. El país fue puesto bajo los reflectores de los medios mundiales en noviembre de 2015 gracias a la visita del Santo Padre y a la apertura de la primera Puerta Santa y el Jubileo de la Misericordia en Bangui, su capital, convirtiéndose así en la "capital espiritual del mundo". El "efecto Francisco" se ha sentido especialmente en la capital de Bangui, pero es cierto que una gran parte del país sigue en manos de grupos armados "Seleka" que comenten masacres, violencia y abusos de todo tipo.
Los únicos lugares de refugio son las parroquias, que acogen a miles de personas: a veces cristianos amenazados por Seleka, a veces musulmanes amenazados por Antibalaka, los dos grupos violentos irreconciliables. La Iglesia continúa haciendo un trabajo valioso: proteger y acoger a aquellos que están en problemas (sea cual sea su religión o etnia), denunciar e informar sobre lo que está sucediendo e intentar formar las conciencias para salir de este caos. Y esto es cada vez más arriesgado: el 3 de septiembre un capuchino fue capturado por un grupo armado y golpeado por el trabajo de denuncia que están haciendo los misioneros.
Detrás de la crisis entre Qatar y Arabia Saudita podía estar el ataque de Mogadiscio del 14 de octubre, que ha provocado, según el último balance provisional, al menos 300 muertos y más de 200 heridos. Se debe contextualizar las vicisitudes de Somalia, incluido el último atentado, en el grave enfrentamiento en el Golfo Pérsico entre Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, por un lado, y Qatar por el otro. Como una prueba más de esta tesis, se puede añadir que en la explosión ha sido golpeada la embajada de Qatar. Según esto, la complicada situación de África Oriental está conectada con los problemas generalizados del Asia próxima, incluidos la tensión entre Israel y Palestina, o las amenazas del ejército islámico Isis, o las revueltas de los kurdos.
Un ataque de insurgentes en una localidad en la provincia de Sar e Pul, en el norte de Afganistán, ha causado decenas de muertos, han informado recientemente fuentes oficiales. Entre las víctimas hay mujeres y niños. Zabihullah Amani, portavoz del gobernador provincial, ha afirmado que los insurgentes, entre los que había milicianos extranjeros, atacaron un puesto de seguridad en el área de Mirza Olang, en el distrito de Sayaad, incendiando 30 casas. El portavoz ha señalado que los enfrentamientos continúan y que al menos 50 personas han muerto, entre ellas, niños, mujeres y ancianos, la mayoría miembros de la comunidad chií hazara. "Los mataron de una manera cruel e inhumana", ha dicho.
Siete miembros de las fuerzas de seguridad afganas también han muerto, así como algunos insurgentes. La identidad de los atacantes sigue sin estar clara. Amani ha informado de que fue un grupo mixto de talibanes y milicianos del Estado Islámico (ISIS), pero los talibanes han negado estar involucrados en el ataque. La localidad en la que se ha producido el ataque se encuentra en una parte remota del país en la que tanto los talibanes como el ISIS tienen presencia.
Por otra parte, también un camión bomba ha causado al menos 90 muertos y 463 heridos en Kabul, la capital de Afganistán, según el Ministerio del Interior afgano. El atentado, el más grave ocurrido en esa capital desde la intervención de EE UU en 2001, ha afectado a varias embajadas, entre ellas las de Alemania, Francia e Irán.
A pesar de la presencia e intervención de nuestros países occidentales, apenas tenemos noticia y conocimiento de lo que allí está ocurriendo, salvo estos acontecimientos más llamativos. Los misioneros siguen estando presentes en todos estos lugares y en tantos otros objeto de diversas violencias. Por eso, con toda razón, podemos llamar a esta fiesta de los misioneros "el DOMUND de todos los pueblos". Y merece la pena que aprovechemos la jornada para echar una mano a los que, en nuestro nombre, anuncian el mensaje de esperanza y de paz en aquellos lugares.