Bueno, pues ya está: el monotema está llegando a su fin en cuanto a choque de trenes, luego llegará la segunda parte, que, al contrario de lo que dice la canción, no será la más interesante, sino que será la más dura, difícil, y, sobre todo, peligrosa.
De hecho, acabo de leer la noticia de que la Guardia Civil ha entrado en una comisaría de los Mossos con un requerimiento judicial, vamos, que esto cada vez está más feo. No veo la necesidad de que se reúna el sábado el Consejo de Ministros para decidir cómo se va a aplicar el 155, porque está claro que ya se está aplicando en muchos aspectos, si no en todos.
Este empeño de "a ver quien la tiene más larga", la bandera, digo, (que a fin de cuentas, es de lo único de lo que hablamos, porque la gente les da igual, tanto a los unos como a los otros), nos va a llevar por el peor de los caminos. No puedo estar más de acuerdo con Ada Colau cuando dice que en todo este proceso (que no procès, que ha sido mucho más largo y ha habido de todo), hay mucha testosterona, demasiada.
La mayor parte de la gente, tanto catalana como del resto de España, estamos totalmente de acuerdo con la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, la socialista Núria Marín, que hoy mismo les ha dicho a Rajoy y a Puigdemont en su tuiter que se dejen en paz de tanta cartita y que "se escuchen y frenen las amenazas: ¡Estoy harta!"
Sí, sres. Rajoy y Puigdemont, estamos ¡¡HARTAS!! todas las personas que no tenemos tanta testosterona como ustedes, y a las que nos están metiendo en sus líos querámoslo o no. Y, sr. Sánchez, haga usted el favor de escuchar menos a sus testosteronados adláteres y más a su compañera Núria Marín, y haga, como mínimo, de mediador en el conflicto, porque le recuerdo, que para ponerse del lado de Rajoy no fue para lo que le votaron a usted sus bases.