Se pone a disposición de grupos científicos y médicos con fines de investigación o diagnóstico en enfermedades que requieran de medidas especiales de protección
La sede del Banco Nacional de ADN, situado en el Edificio I+D+I de la Universidad de Salamanca, alberga ya el nuevo laboratorio de alta contención Biológica de nivel 3 (NCB3), presentado hoy ante los medios de comunicación.
La instalación está a disposición de cualquier grupo científico o médico con fines de investigación o diagnóstico, previa evaluación por los Comités Científico y de Bioseguridad de la Universidad. Junto a la investigación y diagnóstico, también podrá ser utilizada como unidad de formación en bioseguridad, lo que incrementará y mejorará las capacidades y rendimiento del personal que trabaje en otras infraestructuras científico-tecnológicas similares o con requerimientos de bioseguridad específicos.
El laboratorio se ha construido para dar cabida a las necesidades crecientes de investigación y diagnóstico en enfermedades que requieran de medidas especiales de protección en instalaciones de alta contención.
Además de los últimos brotes epidémicos alertados desde la Organización Mundial de la Salud (gripe aviar, fiebre amarilla, fiebre hemorrágica Crimea-Congo, virus ZIKA?), la comunidad médica viene llamando la atención sobre el repunte de microrganismos multirresistentes a los fármacos actualmente disponibles, "sobre los cuales es urgente el desarrollo de nuevas moléculas que permitan su control, algo para lo que sin duda es necesaria una instalación de este tipo", destacaron durante la presentación.
Un laboratorio puntero y hermético
La nueva instalación ha sido diseñada y construida siguiendo los más altos estándares de calidad, lo que sitúa a este NCB3 como referente regional en cuanto al diseño y validación de áreas de contención de nivel 3.
La entrada a la instalación, cuya superficie total ronda los 170 metros cuadrados, está situada en los sótanos del Edificio Multiusos I+D+i de la Universidad de Salamanca. La sala de contención cuenta con cabinas de seguridad biológica, incubadores para cultivos celulares, centrífugas de gran capacidad, microscopio invertido para la observación de cultivos celulares, además del material común de laboratorio.
En cuanto a la seguridad, todas las salas cuentan con puertas herméticas sincronizadas electrónicamente, de manera que sólo se puede abrir una en cada momento. De igual modo, para impedir la salida accidental por vía aérea de organismos patógenos, el laboratorio cuenta con un sistema entre salas contiguas capaz de garantizar que cualquier flujo de aire siempre se realice hacia el interior de la instalación.
La instalación civil es mecánica y químicamente muy resistente pues ha sido construida en hormigón armado en suelos y techos. Las paredes son de ladrillo macizo revestido de mortero hidrofugado, rematado con pinturas antibacterias de base plástica y alta resistencia química.
En el caso del transporte de material y equipos entre zonas de diferente nivel de contención, se han instalado varios sistemas que impiden la salida descontrolada de materiales contaminados. Así, se dispone de autoclave para esterilización por vapor; sistema de acceso seguro con descontaminación mediante ultravioleta y nebulización de peróxido de hidrógeno y tanque de inmersión química para el intercambio de muestras termosensibles.
Además, la instalación puede ser aislada herméticamente y descontaminada mediante micronebulización de peróxido de hidrógeno. En ese sentido, los sistemas de control ambiental y presurización disponen de dos series de filtros de alta eficacia y son exclusivos de la instalación e independientes, por tanto, del resto del edificio.
Financiación
La inversión total es de 550.000 euros con cargo al Programa Innocampus de Excelencia Internacional del Ministerio de Ciencia e Innovación, cofinanciado con Fondos FEDER. De ese total, 300.000 euros se han destinado a la obra civil y 250.000 a las instalaciones.
Fotos: Alejandro López