OPINIóN
Actualizado 15/10/2017
Carlos Javier Salgado Fuentes

Este año, el 12 de octubre, fecha en que se celebra el Día de la Hispanidad, ha sido especialmente raro, tanto por la amenaza de secesión de Cataluña que se cierne sobre España, como por el desgraciado accidente que después del desfile tuvo un piloto del Ejército que había participado en el mismo, que le costó la vida.

Respecto al primer asunto, como era de esperar, el presidente catalán, Carles Puigdemont, no asistió al desfile del 12 de octubre, como tampoco lo hicieron la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, ni el presidente del País Vasco, Íñigo Urkullu, estando presentes el resto de presidentes autonómicos.

Ciertamente, de haberse dado, la presencia de Puigdemont en el desfile hubiera sido tan sorpresiva como incómoda para los asistentes, pues casi todos ellos le han soltado varias 'perlas' al presidente catalán fruto del procès. Y es que, con las espadas en todo lo alto entre los nacionalismos español y catalán, de un desfile plácido para las autoridades y público, se hubiese pasado a un desfile lleno de tensión y, más que probablemente, pitos por parte del público asistente.

En todo caso, después de toda la parafernalia del desfile, cabe volver a la realidad y la pregunta es ¿Qué va a pasar con Cataluña? El martes pasado Puigdemont pidió en su discurso en el parlamento catalán diálogo, como queriendo hacer un último intento de que el Gobierno acceda a realizar un referéndum pactado en Cataluña (lo que le valió el enfado de la CUP), pero Rajoy ya ha dado a entender que en ese camino no le va a encontrar, habiendo iniciado la aplicación del artículo 155 de la Constitución, cuyo pistoletazo de inicio se dio con el requerimiento que le hizo llegar al presidente catalán.

De este modo, Rajoy dio hasta el lunes como plazo a Puigdemont para que conteste a su requerimiento, y hasta el jueves para que desista en sus pretensiones, punto este último, que no parece vaya a conseguir, lo que desatará la aplicación del 155 en todo su rigor y, con ello, la probable detención y encarcelamiento del presidente catalán, acusado del delito de sedición.

Obviamente, es toda una incógnita qué ocurrirá llegado este caso, aunque lo más probable es que haya una movilización masiva de las bases independentistas que llenarían las calles de Cataluña.

Claro que, previamente, una vez constatado por parte de Puigdemont que Rajoy no va a acceder a reunirse con él, ni con mediadores ni sin ellos, para acordar un referéndum de autodeterminación legal, es probable que se decida a declarar formalmente la independencia de Cataluña la semana que viene de manera unilateral, tal y como le están exigiendo ya sus socios de gobierno.

En este sentido, la deducción de que podría estar planteándose esta opción se sacaría de las propias palabras de Puigdemont en la red social twitter tras la comparecencia de Rajoy, cuando escribió "Pides diálogo y te responden poniendo el 155 encima de la mesa. Entendido".

Por tanto ¿Habrá declaración de independencia la semana que viene? ¿Habrá suspensión de la autonomía de Cataluña? ¿Habrá detención de Puigdemont? ¿Desatará esto conatos de violencia en Cataluña? Veremos a ver qué pasa, pero la cosa cada vez pinta peor.

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