El misionero Leo Ramos, con integrantes de la comunidad tonga en Binga, Zimbabue, antes del traslado a su actual misión.


SOCIEDAD
Actualizado 08/10/2017
Redacción

Uno de los 22 misioneros salmantinos actualmente en el continente africano, Leo acaba de llegar a una nueva misión, Kariyangwe, en el distrito de Binga

A más de 10.000 kilómetros de Salamanca, hasta Zimbabue, al sur de África, ha viajado el salmantino Leo Ramos Sierra, uno de los 22 misioneros que se encuentran actualmente en el continente africano. Leo acaba de llegar a una nueva misión, Kariyangwe, en el distrito de Binga. "Cada vez me defino más como buscador de Dios, no porque no lo haya encontrado, sino porque no quiero conformarme sólo con nadar o estar en la orilla, sino con bucear y navegar en alta mar".

¿Qué significa ser misionero en el mundo del siglo XXI?

La propia palabra lo dice: (M) Mostrar que otra manera de vivir es posible, ser testigo de la alegría y la sencillez; (I) Ilusión por la vida y los pequeños detalles de cada día; (S) Saber respetar tiempos y acompañar desde donde cada cual está; (I) Inconformismo ante lo que se debe y se puede cambiar; (O) Opción por los demás, no por un lugar determinado; (N) Nadar en la confianza en Dios, aunque parezca que no se deja ver; (E) Estar "sin hacer nada", "perder el tiempo" con los demás; (R) Reino de Dios -es decir, Jesús- en nuestro corazón y en lo que nos rodea; (O) Obligación para un cristiano; si no, no se es.

¿Cómo vive el día a día en su lugar de destino y en qué centra especialmente su labor?

Acabo de llegar a una nueva misión, Kariyangwe, y, para no entrar en ella como elefante en una cacharrería, intento empezar por el principio. Cinco verbos para resumir lo que hago en este momento de mi vida: APRENDER nombres, caras, lugares, paisajes, carreteras?; RECORDAR el tonga que sabía y mejorarlo, que es el primer elemento, aunque no es único, para comunicarme con los demás; ENAMORARME de Kariyangwe, de su estar en medio de la nada, de su pobreza, de su sencillez, de su gente...; PASEAR y hacerme el encontradizo en el hospital, en el colegio?; y CELEBRAR la eucaristía y rezar, intentando poner a Dios en el centro de mi vida.

¿Qué le llevó hasta África?

Un café con una amiga. Siempre lo digo: si estoy aquí es porque un día estaba tomando un café con una amiga misionera/cooperante/? y sentí la necesidad, ante lo que me contaba, de experimentar algo así, porque en muchas ocasiones, los curas podemos andar pisando de puntillas la realidad. Necesitamos pringarnos más en el barro, y creo que ésta es una buena manera de hacerlo, sin dejar de apreciar otros modos también posibles.

La búsqueda de Dios. Cada vez me defino más como buscador de Dios, no porque no lo haya encontrado, sino porque no quiero conformarme sólo con nadar o estar en la orilla, sino con bucear y navegar en alta mar.

Y un billete para un viaje de 2 días y medio. Parece obvio, pero para realizar esta búsqueda o seguir tus intuiciones para ser feliz, tienes que dar pasos concretos. Para andar, primero un pie, y luego otro; así es como se han cubierto miles y miles de kilómetros en la historia, personal y colectiva.

¿Ha sido fácil adaptarse?

Es fácil adaptarse a lo exterior. La comida, los horarios?, incluso el tiempo, son relativamente fáciles de aceptar y uno se hace con ellos si tienes un mínimo de predisposición. Ya sabías a qué venías, más o menos. Lo díficil es adaptarse a lo interior. Me explico, muchos aspectos de la mentalidad de los tongas y de Zimbabue. Por ejemplo, el papel de la mujer en la sociedad. Es casi como viajar en el tiempo a la España? ¿de hace un siglo, quizá? Y ante ello, tener, en muchas ocasiones, que permanecer callado o ser prudente al denunciar ciertas situaciones, que ya pueden verlo como un ataque a su cultura, sus tradiciones? y claro, yo no dejo de estar en un país que no es el mío.

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