OPINIóN
Actualizado 01/10/2017
Carlos Javier Salgado Fuentes

Desde hace varias semanas la actualidad mediática del país está inmiscuida casi exclusivamente en la cuestión del referéndum de Cataluña. Obviamente, este hecho supone el mayor reto al que se ha enfrentado el Estado desde el 23-F (hasta el punto de que pone en peligro su estructura como tal), pero ¿Qué más está pasando dejando a un lado la cuestión catalana?

Sin duda, hay cuestiones importantes que, desde entonces, han pasado sin pena ni gloria por nuestra actualidad. Una de ellas, ha sido el anuncio que hizo el Banco de España a principios de septiembre, mediante el cual daba por perdidos 40.078 millones de euros de dinero público del total de 54.353 que se destinaron a los bancos y cajas de ahorros.

Es decir, que pese a que desde el Gobierno se insistió en que el rescate bancario no costaría ni un euro a los españoles porque se devolvería, el Banco de España ha presentado una realidad completamente diferente. Así, de los más de 50.000 millones de euros destinados a este fin, apenas se recuperará el 26%. O lo que es lo mismo, en el mejor de los casos de cada 4 euros que dimos a los bancos solo volverá uno a las arcas públicas.

Y eso en las mejores previsiones del Banco de España, ya que hasta ahora, apenas han vuelto al erario público 3.875 millones de euros de los 54.353 prestados a la banca, esto es, solo el 7%. A este respecto, deberán darse las condiciones idóneas para que rebajemos la pérdida hasta el 74% que estima para el mejor de los escenarios el Banco de España. Pues de lo contrario es posible que nos estanquemos en la pérdida del 93% de lo prestado a la banca que tenemos en la actualidad.

Sin embargo, pese a la importancia que tienen estas cifras, y que la pérdida acumulada hasta ahora es el equivalente a 23 veces el presupuesto del Ministerio de Sanidad (que en 2017 maneja un presupuesto de 2.184 millones de euros), parece que ha tenido poca trascendencia entre el paisanaje, más entretenido con la guerra de banderas que se está dando en Cataluña.

Y otro tanto se puede decir de los innumerables casos de corrupción, encabezados, por cierto, por el PP y la antigua Convergència en España y Cataluña respectivamente, y a cuyos líderes actuales les está viniendo que ni pintado el procès para tapar esas vergüenzas bajo las banderas española y catalana.

Asimismo, hablando de corrupción, según avanza la investigación de algunos casos de desvío de dinero público en la autonomía de Castilla y León, van dándose casos de muertes 'casuales' de peces gordos de la Junta que estaban 'en el ajo'. Tal ha sido el caso de quien fuera entre 2003 y 2011 Director General de Economía de la Junta, Víctor Valverde, que apareció muerto este miércoles en el jardín de su casa en la localidad vallisoletana de Simancas, a los 52 años de edad.

Esta muerte se sumaría a la de su antiguo jefe al frente de la Consejería de Economía y Empleo de la Junta, Tomás Villanueva, que apareció muerto el 7 de septiembre en su casa de la urbanización El Montico de Tordesillas a los 64 años de edad (supuestamente de un infarto). Cabe señalar que Villanueva, aparte de Consejero de Economía entre 2003 y 2015, fue Vicepresidente de la Junta entre 1999 y 2011, Consejero de Industria, Comercio y Turismo entre 1995 y 1999, Consejero de Educación entre 1999 y 2003, y procurador en Cortes entre 1995 y 2015, aparte de presidente del PP de Valladolid entre 1993 y 2008.

Llama la atención, en todo caso, que la muerte de Tomás Villanueva se diese apenas un mes antes de que le tocase declarar como imputado por la trama de corrupción de las eólicas en Castilla y León (por lo que debía acudir a los juzgados el próximo 18 de octubre), estando imputado también en el caso la Perla Negra (por desvío de fondos públicos en la construcción de un gigantesco edificio de la Junta en Arroyo de la Encomienda, perfectamente visible desde la autovía A-62, y que por su color negro es conocido como "la perla negra"), por el cual debía declarar el 27 de noviembre.

En todo caso, dando por buena la versión de que Villanueva habría muerto por causas naturales, no deja de plantear una sombra de sospecha que su hombre de mayor confianza entre 2003 y 2011 en la Consejería de Economía de la Junta haya muerto tres semanas más tarde, y a apenas un mes vista del juicio en que a Villanueva le tocaba declarar por la trama eólica. En todo caso, por cuestión de edad, sería más creíble la muerte natural en el caso de Villanueva, de 64 años, que en la de su antiguo Director General de Economía, Víctor Valverde, de 52 años.

De un modo u otro, lo único que está claro es que todas estas cuestiones no saltarán a primera plana de la actualidad, ya que tenemos Cataluña para rato y, sin duda, nos espera un octubre muy movido en lo que se refiere a la cuestión catalana, que seguirá siendo una enorme cortina de humo tras la cual tapar todas las corruptelas que puedan salir a la luz.

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