“Sólo deseaba regresar a mi casa para abrazar a mis hijos y mi marido”

Cada 19 de septiembre, México lleva a cabo un simulacro anual en conmemoración del gran temblor ocurrido en 1985 pero esta vez, poco después de realizarlo y sin que diese tiempo a escuchar las alarmas sísmicas, la tierra comenzó a temblar. Nadie se lo podría creer. Un seísmo, de magnitud 7.1 de la escala Ritcher con epicentro en Axochiapan y en tan sólo 12 días después de otro terremoto de 8.2 que sacudió el sur del país.

"Se ha sentido muy fuerte esta vez, mucho peor que el otro día. Estaba muy asustada pero afortunadamente la Ciudad de México está muy bien preparada para los terremotos. Más allá del pánico y del caos de una ciudad inmensa, se pudo notar una excelente organización"- ha explicado a SALAMANCArtv AL DÍA, Elena García, una salmantina afincada en Ciudad de México desde hace cuatro años. Socióloga de profesión y estudiante de doctorado en la universidad de Colmex. Fue allí, en el mismo edificio donde ella se encontraba cuando el terremoto le sorprendió. "Sólo deseaba regresar a mi casa para abrazar a mis hijos y mi marido" exclamó.

En la Ciudad de México viven más de 20 millones de habitantes. Tras el movimiento telúrico, todo se convirtió en un auténtico caos. Gente gritando y corriendo a todos los lados, calles colapsadas de tráfico, inseguridad en avenidas por falta de luz, escapes de gas y miedo a los robos. Elena tardó más de 8 horas en llegar a su casa. Pasado lo peor, hoy celebran estar sanos y salvos todos juntos. "Seguimos en alerta y en calma en casa. Pasando el susto"-afirmó García.

El seísmo ha provocado más de 200 fallecidos ? entre ellos, una treintena de niños y niñas? y el derrumbe de decenas de edificios en la capital. Los ciudadanos se han volcado en las tareas de ayuda después del terremoto creando brigadas ciudadanas para llevar comida, agua y tratar de colaborar con los rescatistas en los lugares de los derrumbes junto a Protección Civil y Cruz Roja Mexicana.

Raquel Jiménez Santos