OPINIóN
Actualizado 19/09/2017
Francisco Delgado

Después de un siglo aproximadamente en el que la especie humana comenzó su marcha hacia el mayor individualismo posible (sobre todo en la civilización occidental) se observa que actualmente ha llegado a la meta opuesta: a conformar su vida dentro de enjambres extrañamente uniformes. Dejemos a los sociólogos y a los economistas explicar esta evolución, si ha sido el capitalismo ( neoliberal) la causa de esta dirección frustrada. Limitémonos aquí a describirla desde nuestra mirada sorprendida y un tanto apenada.

Sorprendida, porque he necesitado mucho tiempo en poner en palabras lo que mis ojos veían: de año en año grandes grupos de población, jubilados, turistas, jóvenes, conductores de vehículos, de consumidores, de "creadores"?crecían a gran velocidad y a la vez progresivamente cada individuo era más idéntico, en sus conductas, en sus gustos, en sus decisiones, en su manera de hablar?al grupo de pertenencia. Aunque para mayor claridad no hablaremos de grupos sino de masa, para no confundir estos grandes grupos con los pequeños grupos que tienen unas leyes de comportamiento y evolución distinta.

Si usted observa un grupo de niños en un parque de cualquier ciudad, u observa al grupo de padres que está al cuidado de esos niños, si observa a la masa de excursionistas o turistas de la tercera edad ( o de la segunda, es igual) que visita cualquier ciudad turística, o si observa las masas de veraneantes en las playas, o la de compradores en una gran superficie comercial, verá que sus conductas no difieren en nada de unos individuos a otros, y apenas se diferencian de cómo se comportan las aves migratorias que surcan nuestros cielos o los bancos de peces de nuestro océanos.

Nos atrevemos a emitir una hipótesis que va más allá de lo observable: también sus pensamientos son tan similares que no se podría ya hablar de pensamiento libre en los seres humanos, aunque aún alberguen en sus mentes un deseo de libertad o de individualidad.

Me decía un amigo filósofo el otro día: "en nuestra sociedad ha desaparecido la estética, y por tanto la ética?". No puedo hacer mía esta afirmación por mi falta de formación filosófica. Pero lo que sí puedo afirmar es que estas masas de individuos contemporáneos que se desplazan, consumen, corren o pasean velozmente por los parques, o llenan las autopistas, las playas o las ciudades turísticas, están en el camino de dejar toda individuación y sugieren períodos remotos en la evolución de la especie humana. Lo único "individual" que queda en la actualidad es el acto de pagar, de conducir el coche individual o de cerrar la puerta del piso que le aísla de sus semejantes.

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