Antonio Ferrera y Cayetano hacen el paseíllo esta tarde con con Talavante sustituyendo a Morante y Manzanares en una Feria que deja fuera a Eduardo Gallo o Damián Castaño
Con la retirada de Morante de la Puebla y la ausencia de José María Manzanares, el que pasaba por ser el cartel estrella de la Feria de Salamanca era una incógnita en la que solo se mantenía en firme Alejandro Talavante con los toros de los Hermanos García Jiménez.
Serán finalmente Antonio Ferrera y Cayetano quienes sustituyan a los dos diestros, como confirmaba la empresa gestora el pasado 1 de septiembre, un día después de conocer la baja definitiva de Manzanares, quien llegó a barajar reaparecer en Valladolid tras su operación de hernia cervical.
En estado de gracia durante toda la temporada, Antonio Ferrera atraviesa el mejor momento de su carrera con triunfos rotundos en Madrid y Sevilla y con faenas de gran peso como la realizada en Bilbao. Firme candidato a una de las sustituciones, el extremeño debiera estar en los carteles sin necesidad de entrar por la vía de la sustitución. En cuanto a Cayetano, el pequeño de los Rivera Ordóñez está cuajando una temporada que lo ha devuelto a primera línea del toreo. Ambos completan con Alejandro Talavante la terna de esta tacon toros de García Jiménez en un cartel de máximo interés que, a priori, no parece que vaya a provocar devoluciones ni protestas, aunque no siempre los deseos de los aficionados y los intereses de las empresas van de la mano.
Talavante en Talavante
Alejandro Talavante es el único que se mantiene en el cartel original firme, vertical, como su figura alargada cuando clava el mentón en el pecho y se rompe la cintura anunciando toreo de cante grande, la genialidad, la pasión, la verdad, la vida, abandonándose, soñando. Todo eso. Todo. Casi nada.
A Alejandro Talavante (Badajoz, 1987) José Tomás le regaló una oreja siendo un niño que le marcó el camino hacia el toreo. Probablemente ni el de Galapagar ni él mismo se imaginaban que ese niño llegaría a ser un figurón, un genio, un mago capaz de torear como pocos llegan a soñar. Capaz de innovar, de crear, sin perder de vista las formas más clásicas. Capaz de desnudarse y no guardarse nada, como desnudo torea en la genial fotografía que hace de portada en su página web, una escultura en bronce de carne y hueso sobre lo efímero de la arena. Fue el genial Corbacho, mentor también de José Tomás, el último bohemio, el último romántico, el último loco de esto, quien supo descubrir y potenciar las cualidades de ese torero largo de mirada abismal, profundo, tocado por el genio, irregular, valiente, impávido, improvisador, capaz de sacar pases que dejan locos a los tendidos. Toreando con el alma, con las tripas, puro sentimiento, pura inspiración, poder, naturalidad y muñecas bendecidas.
Gallo y Damián, dos ausencias sonoras
Con la feria ya cerrada, no pasa por alto la ausencia de toreros de la tierra que han sido olvidados por la empresa. Uno es Domingo López Chaves y su valor sin fisuras; el de Ledesma se muestra en los últimos años con la seguridad que da torear sin apreturas y el oficio que da la veteranía.
Más clamorosa, sangrante, es la ausencia de Eduardo Gallo, un torerazo de Salamanca, la elegancia en estado puro, que se ve condenado a presenciar los festejos desde el callejón, que en estos días suena como el banquillo de un futbolista de Primera División. Porque Gallo juega en esa liga.
Tampoco se entiende, simplemente por justicia, que no se haya programado la presentación de Damián Castaño en su plaza, en su Glorieta, después de cinco años como matador de toros, ganándoselo cada día, luchando, abriéndose paso, sin que esta empresa le abra sus puertas y apoye a un torero que por méritos propios debería estar en los carteles. Nadie le está regalando nada. Eso, al menos, le debe Salamanca. Su cuna. Su casa. Su gente. Así las cosas y con la feria definitivamente cerrada, si Dios, la autoridad y el tiempo no lo impiden, Antonio Ferrera, Alejandro Talavante y Cayetano harán el paseíllo en la corrida que abre la feria tras la novillada picada con toros de García Jiménez que pastan en El Cabaco y que se han convertido en una ganadería que demandan las figuras por su comportamiento noble y por su presencia armónica, divisa azul y rosa, procedencia Juan Pedro.
Será esta tarde en La Glorieta. Un cartel que nos deja huérfanos de Morante y a la espera de la recuperación de Manzanares y con el placer de recibir en Salamanca a un inmenso Antonio Ferrera, torerazo; a un Cayetano que vence y convence en esta temporada y a Talavante, ese genio loco, ese mago del toreo.